07 de Agosto de 2007 - 21 hs.
Tema: "Ética y Política"


Conducido por el Abogado Raúl Arce, siendo acompañado por los integrantes del Centro de Investigación para la Paz de la Facultad Regional Resistencia, Universidad Tecnológica Nacional, Srta. Francisca Ortiz, Srta. Anabella Orcolla, Licenciada Eugenia Itatí Garay, Odontóloga Emy Arduña, Abogada Teresita Abelenda, Prof. Rubén Darío Borda y Magíster Miguel Armando Garrido.

Operador: Guillermo Aguilar
Selección Musical: Abogado Raúl Arce

Temas: Ética y Política

El tema ha sido tratado siguiendo los lineamientos de la Enciclopedia de Paz y Conflictos, dirigido por el Dr. Mario López Martinez, del Instituto de Paz y Conflictos de la Universidad de Granada, España, autor de la Voz Giuliano Pontara.

¿CUÁLES SON LOS PROBLEMAS FUNDAMENTALES ENTRE
ÉTICA Y POLÍTICA?
El tema de la Relación entre Ética y Política considera tres (3) problemas fundamentales.

DEFINCIÓN DE POLÍTICA:
Si definimos a la Política como el conjunto de comportamientos (de un Individuo, de un Grupo, de una Colectividad) tendientes a influir, conquistar, mantener o ejercer el Poder (a Nivel Local, Estatal, Internacional), los tres (3) problemas pueden ser expuestos de la siguiente manera:

1.- Si la Acción Política pudiera aceptablemente ser Objeto de un Juicio Moral, es decir, si aquella fuera susceptible de ser asumida con las categorías de lo que es Moralmente Justo o Injusto, Obligatorio o Prohibido, o bien es considerada totalmente alejada del campo de la Moralidad;
2.- si, dada una respuesta afirmativa a la pregunta anterior, las exigencias Morales a las que se subordina el hacer Político fueran fundamentalmente distintas de aquéllas a las que se somete el hacer Privado;
3.- si, en qué medida o en cuáles condiciones, la lucha política puede ser eficazmente conducida con los medios propios de la moralidad entendida en sentido amplio, o sea, la argumentación, el diálogo, el llamamiento a la empatía, la presión noviolenta.

Los dos (2) primeros problemas son preferentemente de naturaleza Teórica-Filosófica, el tercero (3) en cambio, es sobre todo de naturaleza empírica.

¿QUIÉNES TRATARON EL TEMA DE ÉTICA Y POLÍTICA?
En el contexto del debate de varios milenios sobre este tema, estos problemas han sido tratados más o menos de manera sistemática por pensadores, filósofos, sociólogos, politólogos, escritores y políticos de naturaleza y origen cultural muy diversos.
En esta polémica, que se extiende desde Sócrates a Gandhi, de Platón a Hegel y Croce, de Marx y Engels, a Lenín y Mao, de Aristóteles a Tomás de Aquino y de éste a Maritain, de Maquiavelo y Hobbes a Max Weber, Mainecke y Karl Schmidt, de Sófocles a Tolstoi y Sastre, en conjunto o individualmente, cada uno de ellos ha tratado estos tres (3) problemas, que presentan dos (2) tesis opuestas:

1.- La Tesis de Amoralidad Política en contra de la Tesis de su Moralidad;
2.- La Tesis Dualista contra la Monista;
3.- La Tesis Realista contra la Tesis Idealista.


1.- TESIS DE LA AMORALIDAD POLÍTICA
Según la TESIS DE LA AMORALIDAD, el hacer político (sea individual o colectivo), no se subordina, precisamente a Nivel Teórico, a ninguna exigencia o límite de índole moral; esto lo aísla del campo de moralidad tout court, está más allá del bien y del mal, de lo justo e injusto.
De donde se sigue que, quien plantea con sinceridad juicios morales sobre el hacer político comete un error análogo a aquel que cometería quien, aplicando categorías morales a la conducta de los animales o de las máquinas, juzgase moralmente tales comportamiento justos u obligatorios o equivocados. Sin embargo, es compatible con esta Tesis el reconocer que los juicios morales sobre este o aquel actuar o agente político pueden ser usados como instrumentos de propaganda en la medida en que se demuestran los medios eficaces en la lucha política por los fines que persiguen. Por ejemplo, conscientes deque muchas personas creen, -equivocadamente, de acuerdo a los defensores de esta Tesis- que hay guerras moralmente justificadas y otras que no, podría ser muy eficaz, con el propósito de obtener el apoyo para una guerra, presentarla como justificada moralmente.
Un argumento hasta ahora adoptado como sostén de la Tesis de la Amoralidad de la Política es que la Acción Política, a diferencia del hacer privado, no es una expresión de la voluntad libre, es decir, que los Actores Políticos, a diferencia de las Personas Humanas, quienes actúan dentro del campo privado no están fortalecidos del libre arbitrio. Este argumento se fundamenta en la premisa de que la moral presupone una voluntad libre; o, como suele decirse, que el Deber implica Poder. Pero, ¿por qué los Seres Humanos que actúan dentro de un Rol Político, nunca debieran perder aquella libertad de querer que supuestamente tienen en el ámbito privado?
Otra cosa es que pueden darse acciones que, en determinadas circunstancias, son POLÍTICAMENTE imposibles, en los términos de que un Actor Político no puede escoger hacerlo así, si quiere influir, mantener o alcanzar el Poder. A veces el argumento en cuestión está formulado sólo de manera relativa a los comportamientos políticos colectivos en situaciones de conflictos agudos: en estos casos, cada uno de los miembros de esta colectividad perderían totalmente cualquier poder de preferencia y el hacer colectivo se convertiría en algo semejante a un Fenómeno Natural. Con base a esta argumentación, la guerra, por ejemplo, es el resultado de fuerzas impersonales en las que los hombres no tienen ningún poder de influencia: estrictamente, no son los hombres los que deben escoger entre hacer la guerra o no, sino más bien se trata de fuerzas impersonales que, en determinadas circunstancias, obligan a los hombres a hacer la guerra. En este sentido, todas las guerras ya hechas y aquéllas que se verificarán son “necesarias”. Por consiguiente, la guerra no es moral ni inmoral sino Amoral.

La Tesis de la Amoralidad de la Política no se debe confundir con aquella de la MORALIDAD MENOR, según la cual los diferentes Agentes Sociopsicológicos y Sociológicos logran que los Actores Políticos sean llevados a violentar de manera impune las exigencias básicas de la Moralidad en una medida mayor que aquella en la que están los Seres Humanos en sus relaciones privadas. Esta Tesis presupone que el hacer político no está apartado de la Moralidad tout court.


2.- TESIS DUALISTA Y MONISTAS
TESIS DUALISTA
Si la Política vuelve a entrar en la esfera Moral, el problema que surge se basa en la clase de criterios que sustentan esta postura.
Según la TESIS DUALISTA, el Hacer Político es Moralmente Justo o Injusto con base de criterios diferentes –fundamentalmente diferentes- de aquellos que son válidos en el Campo Privado.
Hay varios versiones de esta Tesis, de acuerdo que el contenido que se concede con mayor precisión a tales criterios. Quizás la versión más difundida, que se remonta en parte a Maquiavello, Lucero, a los teóricos de la razón del Estado, es aquella que fue elaborada por Max Weber.
El distingue entre:
- la Ética de la Convicción o de la Interioridad (Gesinnugsethik), por una parte,
- y la Ética de la Responsabilidad (Verantwortungsethik) por otra.

En términos generales, la primera valida (ÉTICA DE LA CONVICCIÓN O DE LA INTERIORIDAD) dentro de las relaciones privadas, es una forma de la llamada Ética Deontológica (Deontología = Ciencia o Tratado de los Deberes) en cuanto se articula en una serie de obligaciones tales como: no matar, no mentir, cumplir las promesas propias, socorrer a los necesitados, etc., válidas en todos los encuentros interpersonales y que se vinculan de modo independiente de las consecuencias a que este hacer conduce conforme a ellas. Para Max Weber, esta Ética se identifica sustancialmente con la Ética del Amor y de la Resistencia al mal predicada por Cristo.

La segunda (ÉTICA DE LA RESPONSABILIDAD), en cambio, válida en el campo del Hacer Político, es una consecuencia de la forma de la llamada Ética Consecuencialista en cuanto consiste en un principio fundamental que manda hacer con base al cálculo de las consecuencias que al hacer o la acción tiene a bien hacer el bien y seguir los intereses del Estado (o, en otras versiones, del pueblo, o de las Naciones o de clase), a los que se pertenece. Si existen otras obligaciones morales, ellas son secundarias respecto a aquella que maximiza el bien del Estado. Para el Actor Político, las razones morales más fuertes son siempre las razones del Estado: salus rei publicae suprema lex (la Salud de la República es la Ley Suprema). Con base en este principio de Ética Política pueden ser justificadas moralmente acciones tales como: mentir, matar, no conservar pactos, etc., que según una Ética Privada serían injustificadas.

CRITICAS:
Tal concepción Dualista es problemática considerada desde varios aspectos. Aquí se indican brevemente dos.
1.- La cuestión, en primer lugar, es la idea de que se dé una distinción fundamental e irreductible entre exigencias Éticas Privadamente y a nivel Político: es difícil ver según tales argumentos cómo se puede defender una distinción de este tipo.
2.- En segundo lugar, la problemática descansa en la idea de un deber irreductible, último y absoluto, o de cualquier modo dominante, de colocar como lo máximo el Bien del Estado al que se pertenece:
¿Por qué las consecuencias del Hacer Político nunca dejarían de ser realmente relevantes, cuando se posesionan, como a menudo de manera dramática sucede, del bienestar de las Personas y Grupos que no pertenecen al Estado del Actor Político que actúa?
¿Por qué nunca las exigencias fundamentales de la Moral en Política se detendrían en los confines del Estado, que es una Construcción Histórica, la cual puede también no existir en el Futuro?

ËTICA UNIVERSALISTA Y MONISTA
Estos dos problemas se hacen a un lado según una concepción Ética que, retomando la Doctrina del Utilitarismo Clásico elaborada inicialmente por Jeremy Bentham y posteriormente por Henry Sidgwich y otros, asume como principio Ético único y fundamental el de MAXIMIZAR EL BIENESTAR Y LA FELICIDAD GENERAL A NIVEL UNIVERSAL.
El Utilitarismo es un ejemplo, quizás el más conveniente, de una Doctrina Ética Universalista y Monista, es decir, aquello que hace que una acción (sea individual o colectiva; privada o política) sea moralmente justa son las consecuencias que ella tiene sobre el Bienestar General Universal, INCLUYENDO EL DE LAS GENERACIONES FUTURAS.
Se ha indicado y, basado en tal Doctrina Monista, se puede sostener una forma de Dualismo DERIVADO: puesto que la previsión y el cálculo de las consecuencias de nuestras acciones en el Bienestar General son mucho más difíciles y complejos, puede ser preferible –porque probablemente Maximiza el Bien General- que los Seres Humanos no debieran aplicar directamente el Principio Utilitarista en la vida cotidiana sino más bien seguir las normas generales de conducta. Estas normas pueden identificarse muy bien, al menos en parte con aquéllas que son consideradas propias de la Ética Individual en la Tesis Dualista señalada anteriormente. A nivel de las grandes preferencias colectivas, sociales, económicas, políticas –que tienen supuestamente consecuencias de un bien mucho mayor, encaminado hacia el Bien General y donde presumiblemente se puede contar con la colaboración de grupos de expertos de varias clases- puede ser más bien preferible que las decisiones sobre cual alternativa seguir estén basadas directamente en el cálculo de las consecuencias.
Otro tipo de Doctrina Monísta es aquella que está fundada sobre la idea de Derechos Fundamentales del Hombre válidos Universalmente a tal punto de poner vínculos morales precisos ya sea sobre el hacer individual y/o colectivo, tanto en la esfera privada como en la esfera política.

3.- TESIS REALISTA E IDEALISTA
TESIS REALISTA
Ni la Doctrina Utilitaria ni la de los Derechos Humanos excluyen –como siempre injustificado – el recurso a la Violencia.
El que al menos su función fuera Moralmente justificable dependería en parte de cómo esté configurada la situación en la que se actúa y en parte de cómo actúan los otros. Ahora bien, según los Autores de la Tesis “Realista” la esfera de la política está caracterizada por situaciones donde se encuentran con la mentira, el fraude, las amenazas y el uso de la violencia, donde quien quiere participar en la lucha política de manera eficaz debe tener las Virtudes Maquiavélicas de la zorra y del león, es decir, estar dispuesto a recurrir a aquellos mismos medios: pues no se puede participar eficazmente en la lucha política sin estar dispuesto a tener como dice Paul Sastre, “las manos sucias”.

TESIS IDEALISTA
A esta Tesis se opone la Tesis “Idealista”, para la cual la lucha Política no está, por su naturaleza, conectada esencialmente con la mentira, el fraude y la violencia.
La Tesis se funda en el argumento de que los Seres Humanos, aún cuado actúan en grupo o en situaciones tensas de Conflicto, pueden estar dispuestos a actuar y comportarse de modo Humano en tanto en cuanto están influidos por el llamado a la Razón, a la Empatía y por la Presión Noviolenta .
La Historia de la relaciones entre Política y Moral, desde este punto de vista, es la Historia del intento continuo de MORALIZAR LA POLÍTICA creando situaciones e Instituciones que limiten y reduzcan de alguna manera el recurso a la violencia y favorezcan los medios para el DIÁLOGO, EL COMPROMISO EQUITATIVO Y LA SOLUCIÓN PACÍFICA DE LOS CONFLICTOS.

¿Cuáles son los Desarrollos en esta Dirección?
Tres importantes desarrollos en esta dirección son:
a) la afirmación en un número siempre mayor de Estados, aunque si bien en modo eficaz variable, del Método Democrático, con el que la lucha Política está siendo conducida contando y no suprimiendo las inteligencias;
b) la creación de las Naciones Unidas como un instrumento de GOBERNABILIDAD Humana basado en la idea de los Derechos Fundamentales;
c) la exploración práctica a Gran Escala de Métodos Eficaces de lucha Noviolenta, desde aquéllos que han sido empleados por las clases trabajadoras en la lucha entre capital y trabajo, hasta aquéllos que fueron practicados por Gandhi, Martín Luther King y muchos otros en la lucha por la independencia de un pueblo o por la afirmación de fundamentales Derechos Humanos.
Finalmente, vistas desde hoy las consecuencias cada día más perjudiciales que el uso de la violencia armada tiene en los conflictos entre Estados o entre Etnias, incluido el riesgo de una catástrofe nuclear para toda la Humanidad; tres desafíos entre los más graves de este Siglo y Milenio que se pueden contrarrestar:
- Ampliando en adelante el Método Democrático,
- Potenciando y Desarrollando Naciones Unidas en la dirección de constituirse en una Democracia Internacional o Cosmopolita y la de
- Explorar además Métodos eficaces de lucha Noviolenta.

“… generalmente el Núcleo de una Cultura lo constituye una Religión concreta:
pensemos por ejemplo en el Judeocristianismo, el Islam, el Budismo o el Hinduismo.”
Manual de Paz y Conflictos. Beatriz Molina Rueda y Francisco A. Muñoz (eds.).

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