08 de Febrero de 2011 - 21 hs.
Tema: "Pacifismo II"

 

Conducido por el Abogado Raúl Arce,  siendo acompañado por los integrantes del Centro de Investigación para la Paz de la Facultad Regional Resistencia, Universidad Tecnológica Nacional,  Srta. Anabella Orcolla, Licenciada Eugenia Itatí Garay, Sr. Fredy Eiman,  Srta. Francisca Ortiz,  Lic. Wilma Soledad Trúe,  Prof. Rubén Darío Borda,  y  Magíster  Miguel Armando Garrido.

Operador: Guillermo Aguilar
Selección Musical: Abogado Raúl Arce

Temas: Pacifismo II.

El tema ha sido tratado siguiendo los lineamientos de la Enciclopedia de Paz y Conflictos, dirigida por el Dr. Mario López Martinez del Instituto de Paz y Conflictos de la Universidad de Granada, España, autor de la voz: Mario López Martinez.  

INTRODUCCIÓN
Cabe hacer otra Interpretación o Clasificación de los principales puntos de referencia o posiciones del Pacifismo. Los Teóricos se han interesado en marcar las diferencias, desde las más sutiles hasta las que son más contradictorias, que pueden aparecer entre lo que se denomina el PACIFISMO ABSOLUTO Y PACIFISMO RELATIVO O CONDICIONAL. Vamos a detenernos un momento en esta cuestión sin agotar, por supuesto, ni los argumentos que se esgrimen, ni la multiplicidad de casos y excepciones que se podrían dar. Además de ello, cabe añadir que ambas posiciones están minimizadas por éticas o, si se prefiere, juicios, argumentaciones y posiciones de naturaleza ético-moral basados en principios, convicciones y fundamentos deontológicos o, por el contrario, en argumentaciones consecuencialistas. Debemos insistir en que se trata de ofrecer algunos planteamientos a la complejidad de este tema.

  1. EL PACIFISMO ABSOLUTO

¿Qué es el Pacifismo Absoluto?
Por Pacifismo Absoluto se debería entender la condena y el rechazo total sin paliativos de cualquier tipo de guerra, independientemente de los fines que se pretendan con ella, de los Derechos que se intenten defender o de las razones que se puedan argumentar para llevarla a cabo.
¿Cuáles son los fundamentos del Pacifismo Absoluto?
Para le Pacifismo Absoluto, fundamentado en una Ética Deontológica, toda guerra encierra en sí misma el mal absoluto y, por principios, es condenable, rechazable y abyecta, independientemente de las condiciones que concurran en ella.
Desde esta Ética de la convicción se pueden presentar ciertos problemas como, por ejemplo, el muy típico de la colisión de deberes, así ¿qué fuerza se ha de utilizar para detener a un agresor que quiere atentar contra la vida de un inocente? El Pacifista podría argumentar que él renuncia a un potencial Derecho de Autodefensa porque cree y está convencido de ello, pero no puede exigir lo mismo para otros que, siendo inocentes, no tienen ni tan siquiera la capacidad para poder autodefenderse, ¿qué puede hacerse para su Derecho a la vida frente a las amenazas de otros? Si el deber supremo es el Derecho a la Vida pudiera ser que el Pacifista se incline por usar ciertos recursos para defender tal Derecho, incluidos los de la autodefensa o los de defender a inocentes, si por el contrario el valor es otro, podría ser que renuncie a tal Derecho a la Vida (la suya propia), incluida aquella de inocentes por no quebrar el Principio de nunca jamás usar la violencia. En una Ética de Principios una acción no está justificada, es un deber o está prohibida por las consecuencias a las que conducen ciertas acciones u omisiones, sino por las exigencias de guardar tales principios.
Pero podría ser que el Pacifista Absoluto se fundamente sobre una Ética de la Responsabilidad, esto es, el deber de actuar, siempre, de tal modo que produzcamos las mejores consecuencias posibles, porque lo único que cuenta, moralmente, es aumentar el bienestar y disminuir el sufrimiento en el Mundo. Deben adoptarse, por tanto, todo tipo de prohibiciones hacia las guerras. Según la lectura particular que se hace de la Historia de que ninguna guerra acabó trayendo beneficios, tanto en el pasado, como para el caso presente y futuro, dados los adelantos tecnológicos y estratégicos se supone que las guerras han aumentado su capacidad destructiva de tal manera que resultan un mal absoluto por la cantidad y cualidad de sus secuelas. Un argumento puede ser el Histórico, pero otro argumento podría ser el del encadenamiento o consecuencialismo de nuestros actos, pensando que una guerra, incluso si con ella se acaban defendiendo Derechos incuestionables e importantes, es una cadena de actos cuyas consecuencias  difícilmente se pueden sujetar a nuestra voluntad, o se pueden parar a placer cuando queramos, en consecuencia se diría es mejor no intentar esta vía.
Finalmente, Pacifismo Absoluto, sostenido por ambas persuasiones éticas, acaba prohibiendo y condenando la guerra sin tener en cuenta las circunstancias particulares que concurran en la misma. Dado que existen personas que consideran en algunas circunstancias, para determinados casos, un cierto grado de violencia (incluso los Métodos de la guerra) puede propiciar la obtención de ciertos valores, el Pacifista Absoluto ha de justificarse y defenderse en su posición frente a una agresión, en unos casos haciendo apelaciones a valores no terrenales o a valores sostenidos por comportamientos históricos, formas de martirologio, etc., considerando que la muerte es moralmente superior a la resistencia violenta, llegándose a establecer una división morla entre las personas: entre los impuros que serían aquellos que son violentos y agreden (“porque no saben lo que hacen”) y quienes sufren sus agresiones que son personas puras.
Hemos de insistir en que, con lo dicho, no se agotan todas las argumentaciones.

  1. EL PACIFISMO RELATIVO O CONDICIONAL

Por este tipo de Pacifismo se entiende que igualmente es condenable la guerra pero que, en ciertas circunstancias, con ciertos condicionantes, la guerra podría llegar a ser un recurso, EXTREMA RATIO, para poder defender ciertos valores de personas inocentes, o como forma de autodefensa última y extrema, entre otros.
Precisamente la labor del Pacifismo Relativo consiste en poner muchos límites a tales condiciones y no caer en la facilidad de admitirlo casi todo; si bien, como relativo que es, admite grados y en éstos están las posibles grandes diferencias que puede haber, y que de hecho hay en su seno.
Si bien aquí vamos a considerar, especialmente, que cuando hablamos de Pacifismo Relativo nos referimos a aquel que entiende el uso de la fuerza y de la guerra debe reducirse a casos excepcionales, al menos desde el punto de vista Doctrinal. Si bien no podemos soslayar que la existencia histórica de diferentes formas de Desarrollo del Pacifismo Relativo (del Derecho, proletario, humanista, liberal-burgués, etc.) han acabado por limitar muchos eso que hemos señalado como casos excepcionales. Lo cual ha condicionado que algunos autores prefieran hablar de PACIFICISMO para distinguirlo del anterior, pero luego nos detendremos en esta cuestión.
El Pacifismo Relativo o Condicional contemplado, desde posiciones deontológicas, entiende que la promulgación de Deberes no puede ser considerada de manera aislada, dado que ellos pueden, sobre todo en la práctica, solaparse; o pueden requerir una aceptación condicional. Para un Pacifista Relativista Deontológico el Mantenimiento de la Paz y de la No violencia pudiera verse condicionado con el deber de defender las vidas de potenciales agresiones. Pudiera ser que el deber de la Paz pueda ser sustituido por otros imperativos éticos, como señala Michael Walzer cuando habla de “emergencias supremas”. A Bertrand Russell le objetaban algo similar cuando éste decía que antes de morir todos por una guerra nuclear era preferible no vivir en libertad. Pudiera ser que para otros antes de vivir una vida sin libertad prefirieran morir para conquistarla (¿en un Mundo con invierno nuclear?). La colisión de Deberes y Valores está prácticamente servida.
Así, para el Pacifista Condicional el uso de la violencia o de la guerra podría ser un procedimiento justificable o legítimo para defender ciertos Derechos, corrigiéndose a sí mismo sus propias posiciones deontológicas. Y, aunque pueda resultar contradictorio o incoherente violar algunos Derechos para proteger otros. Se suele argumentar que los
Derechos están para ser defendidos (un Derecho no puede ser un valor a menos que sea defendible) y, en segundo lugar, se debe tener libertad para seguir ciertas metas o propósitos como son esos Derechos o valores. Entendiendo que el agresor de Derechos viola ambas proposiciones, perdiendo sus derechos al atacar los Derechos de otros. Por su parte, los Pacifistas más “puros” contra argumentan, para evitar demasiados deslizamientos, que para que cualquier Teoría de los Derechos sea coherente ha de admitir que los Derechos han de ser inviolables e inalienables y que, por tanto, hay que analizar concienzudamente la colisión de Derechos en cada circunstancia pero partiendo de una base de Principios que no se altere a puro arbitrio.
En cambio, para el Pacifista Relativista Consecuencialista, todas las guías morales deben estar condicionadas a las circunstancias y resultados de una acción. Para un Consecuencialista o Responsabilista cualquier perspectiva moral ha de ser examinada valorando el resultado o los probables resultados más favorables que se puedan producir. Y si bien, el Pacifista en general sabe que las guerras no suelen producir resultados favorables, en algunos ejemplos pudieran llegar a ser aceptables. Ciertamente en muy pocos casos, quizá una guerra de autodefensa, quizá una intervención para salvar a una población de unos crímenes de guerra (genocidio, exterminio, etc.), y muy poco más. Dado que con esas acciones se busca ofrecer la mayor felicidad a más gente y, a su vez, bajar los niveles de sufrimiento a cuanto más gente mejor, podríamos decir que este tipo de Pacifismo Relativista Consecuencialista tiene una relación muy directa con el Utilitarismo.
Ambas formas de Pacifismo, Absoluto y Relativo, se han dado con bastante frecuencia en la historia de la humanidad, por tanto no podríamos decir que uno es más asiduo que otro. Si bien se ha identificado que, para el caso del Pacifismo Absoluto, es más utilizado a título personal, como una postura y posición individual que tiene muchos costes pero ciertamente muy sostenible: o que, en cualquier caso, ha sido utilizado por pequeños grupos, especialmente religiosos. Mientras que el Pacifismo Relativo es más propio que se dé en grupos más grandes o en Movimientos por la Paz. Admítase tal argumentación para esta clasificación si bien con todas las reservas.
Lo que sí se podría decir es que el Pacifismo Relativo tiene una gama muy amplia de grados en el que caben, por tanto, una gran cantidad de posiciones.
Finalmente, también hemos de hacer referencia a otro concepto que amplía algunas de las circunstancias que argumenta el Pacifismo Relativo o Condicional, se trata del PACIFICISMO.
  

  1. PACIFICISMO

Más que de una postura propiamente Ética se trata de una posición que relativiza bastante al propio Pacifismo no absoluto o condicional, del que obviamente se derivan posiciones Éticas, Políticas, etc..
El PACIFICISMO es un término bastante joven que surgió tras la II Guerra Mundial para designar ciertas posiciones Teóricas o Doctrinales que admiten el uso de la guerra para adelantar o propiciar las causas de la Paz o que, los logros políticos, económicas, etc., generados por la Paz pueden defenderse militarmente si es necesario.
Esta posición ha tenido un relativo éxito en ciertos círculos, no sólo de historiadores (Martín Ceadel) y filósofos (Richard Norman), sino en medios políticos. Por supuesto se rechaza (en algún grado) la guerra y se señala, también, que ha de ser prevenida y, quizá con el tiempo y las políticas de reformas adecuadas, hasta abolida.
LAS REGLAS DEL PACIFICISMO recomiendan el rechazo de todas las guerras agresivas e incluso algunas defensivas, pero acepta la necesidad de la existencia de las fuerzas militares para defender los logros políticos contra una futura agresión.
LOS DEFENSORES DEL PACIFICISMO entienden que las posiciones del Pacifismo pueden ser moralmente peligrosas. El meollo de esta crítica radica en que se considera que el Pacifismo es impracticable, tanto porque es poco realista, como porque deja indefensa a cualquier solución de una agresión externa. La conclusión es que no habría ninguna alternativa realista a una Política de defensa armada, y que las Doctrinas que defienden  a alternativas semejantes deberían no ser tomadas en serio.
Así el PACIFICISMO, para los defensores y partidarios de éste, se diferenciaría del Pacifismo en que éste sería visto como una Doctrina, fundamentalmente personal e individual, de rechazo a la guerra; mientras el PACIFICISMO sería una Doctrina sobre la política de rechazo o contención de la guerra, encargada y preocupada por buscar soluciones a los hechos internacionales, o de generar instituciones dedicadas a anular la guerra como un medio para resolver disputas entre los Estados.

TAMBIÉN, LOS  PACIFICISTA DOCTRINALES INTERPRETAN
Al PACIFISMO como una Doctrina Absolutista según la cual la participación en cualquier guerra es inadmisible e injustificada; mientras que, para los PACIFICISTA esto no es así, es decir, ciertas guerras son admisibles y justificadas.

Y, FINALMENTE, AMBAS DOCTRINAS TIENEN DIFERENTES ORIENTACIONES TEMPORALES
Mientras el PACIFISMO se enfrenta a un tipo particular de situación o problema, como es la guerra; los PACIFICISTA trabajarían por favorecer las futuras condiciones para tal asunto. Richard Norman señala que, mientras los PACIFISTAS trabajan por un presente orientado, los PACIFICISTA lo hacen por un futuro orientado.

A JUICIO DE OTROS AUTORES, EN REALIDAD TODAS ESTAS OBJECIONES DEL PACIFICISMO HACIA EL PACIFISMO SON EXCESIVAS.
EN PRIMER LUGAR  por que el PACIFISMO no sólo es una Doctrina sino un Movimiento Social en el que existen muchas posiciones, visiones y perspectivas, que no se pueden reducir a una única como la de el rechazo total a la guerra, o que este rechazo sólo sea personal o sólo pueda sostenerse personalmente. De hecho, el PACIFISMO (sin duda el condicional o relativo) admite compromisos y orientaciones que van más allá del simple rechazo a la guerra como más tarde tendremos ocasión de comprobar.
EN SEGUNDO LUGAR, es posible ser una PACIFISTA NO ABSOLUTO, de hecho para muchos pacifistas la “guerra justa” puede ser moralmente concebible; algunos otros se han motivado por consideraciones más prácticas en la línea de trabajar por la Paz al margen de que puedan o no extinguirse las guerras, al fin y al cabo el Pacifista sabe que las guerras o la institución de la guerra se debe a ciertos órdenes sociales y políticos injustos, así que apoyar acciones que probablemente conduzcan a la prevención y a la posible abolición de la guerra han de ser tenidas en cuenta, es decir, intentar reformas, lograr situaciones de mayor justicia, propiciar cambios, etc., en este orden nunca están mal vistas sino todo lo contrario. Con lo que, en realidad, se podría decir que incluso algunos Pacifistas Absolutos pueden llegar a ser, en la práctica y en lo cotidiano, no sólo Pacifistas Relativos, sino incluso Pacificistas.
Y, en TERCER LUGAR, como consecuencia de lo dicho anteriormente, en la práctica de los Movimientos Sociales por la Paz y en la orientación que toman muchos Pacifistas, el Pacifismo está orientado hacia el futuro como el PACIFICISMO.
De manera que más que entenderse como 2 Conceptos enfrentados y antitéticos deberían verse como no excluyentes y complementarios que, también en la práctica, podrían permitir realizar matizaciones entre las posiciones de unos y otros para casos concretos.

Véase también: Métodos de Acción Noviolenta. Noviolencia. Paz Positiva.
                          Pacifismo Religioso.   

                “Mario López Martinez dice: Poder Pacifista: ¿Qué se pretende con el
                  EMPODERAMIENTO?: como capacidad para la Acción (y no sólo como
                  capacidad para obtener sumisión), es un Poder de DENTRO HACIA
                  FUERA (Personal), es también un Poder CON (colectivo) y,
                  CON RELACIÓN a ciertos fines (social). QUE LA GENTE PARTICIPE
                  MÁS Y MEJOR EN EL CONTROL DE SUS DESIGNIOS. Que la
                  Información fluya. Que exista Reciprocidad entre todos los
                  Agentes Sociales. Que se incrementen las destrezas en el ejercicio del Poder.
                  Que se amplifiquen las relaciones humanas. O que se desarrollen los
                  comportamientos solidarios y la conciencia crítica.
                  ….. se trata de reforzar, afianzar e implementar muchos de los conceptos,
                  conocimientos y metodologías a los que antes hemos referido como
                  Poder Integrador, Noviolencia o Pacifismo.
                  Manual de Paz y Conflictos. Beatriz Molina Rueda y Francisco A. Muñoz.(eds.)”.

                 

 

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Diseño: Ing. Jane García - VGM
Trabajo Donado al Centro de Investigación para la Paz.

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