Conducido por el Abogado Raúl Arce, siendo acompañado
por los integrantes del Centro de Investigación para
la Paz de la Facultad Regional Resistencia, Universidad Tecnológica
Nacional, Srta. Anabella Orcolla, Licenciada Eugenia Itatí
Garay, Odontóloga Emy Arduña, Abogada Teresita
Abelenda, Prof. Rubén Darío Borda, y Magíster
Miguel Armando Garrido.
Operador: Guillermo Aguilar
Selección Musical: Abogado Raúl Arce
Temas: Holocausto
El tema ha sido tratado siguiendo los lineamientos de la Enciclopedia
de Paz y Conflictos, dirigido por el Dr. Mario López
Martinez, del Instituto de Paz y Conflictos de la Universidad
de Granada, España, autor de la Voz: Juan Jesús
Mora Molina.
ETIMOLOGÍA
Etimológicamente, la palabra “Holocausto”
procede del compuesto griego, HOLO (total), KAIO (quemar). Este
término se refería en origen a la celebración
de un ceremonial de naturaleza Religiosa donde eran incineradas
víctimas animales para dar gracias o pedir el favor de
los Dioses. En este sentido, “Holocausto” puede
considerarse casi sinónimo de “Hecatombe”
(quemar 100 bueyes). Actualmente ha adquirido el sentido de
“Desastre de gran magnitud”, cuya virtualidad se
extiende en el ámbito político a la experiencia
de exterminio físico que padeció el pueblo Judío
durante el Gobierno Nacional-Socialista en Alemania y en los
territorios ocupados por ésta durante la Segunda Guerra
Mundial bajo el apelativo de “Solución Final”.
ANTISEMITISMO - ANTIJUDAISMO
No obstante, el ANTISEMITISMO se vivía en Alemania mucho
antes de la llegada al poder de Führer Adolf Hitler en
1933. Cuando se habla de odio hacia el Judio se ha de distinguir
claramente entre dos conceptos ligados pero diferentes: ANTIJUDAÍSMO
y ANTISEMITISMO.
El Movimiento ANTIJUDIO tiene su Origen en la Diáspora
del Pueblo Hebreo tras la destrucción del Templo de Jerusalem
a manos de los conquistadores romanos. Los Judíos se
consideraron apátridas, súbditos en Países
extraños, se tornaron conservadores y tradicionalistas,
celosos protectores de su identidad y endogámicos. Esto,
como señala Ana Arendt, les acarreó el odio del
resto de las comunidades, ya que no reconocían más
autoridad que la del Templo arrasado y las promesas de la Torá.
Su añoranza residía en el retorno a Sión
(de ahí el término “Sionismo”, desprendido
de la obra EL ESTADO JUDIO del autor del Siglo XIX Theodor Herzl).
Al no aceptar ciudadanía alguna, le fue negado el Derecho
a la Propiedad, por lo que se vieron obligados a la práctica
del préstamo. Una actividad catalogada por los Cristianos
como “usura”, dado que el Cristianismo permitía
el préstamo pero sin intereses. La animadversión
al Judío estaba servida: explotador, avaro, miserable.
Su apoyo económico al Poder Político le fue de
utilidad para ir alcanzando una cada vez más influyente
status social, pero simultáneamente eran relegados por
motivos Religiosos.
La figura del GUETTO puede observarse, desde una doble perspectiva:
a) autoaislamiento;
b) imposición.
Esto es, lo que comenzó como un acto defensivo de la
tradición y de la identidad terminó, como una
necesidad dirimida de la Dinámica Social. Ante esta situación,
se organizaron grupos de resistencia frente al irresistible
avance de lo Judío en los entramados del Poder, que eclosionaron
en momentos de extrema debilidad de la Comunidad Judía:
recuérdese el caso Dreyffus en Francia o el problema
Judío en Alemania (en ambos casos se acusaba a los Judíos
de traidores). Producto de dichas vivencias emergerá
entre el Pueblo Judío la Teoría de la “Víctima
Propiciatoria” o del “Chivo Expiatorio”, gracias
a la cual se sentía más próximo el retorno
a la Tierra Prometida después del tránsito por
una época de calamidades (al igual que ocurrió
en Egipto o en Babilonia).
Pero, ¿QUÉ ES EL ANTISEMITISMO?
Para hablar con propiedad, tenemos que diferenciar dos niveles:
- el POLÍTICO (donde se manifestó el Antijudaísmo)
y
- el BIOLÓGICO.
Es precisamente en este último en el que ahonda sus raíces
la acritud hacia todo lo que tuviera que ver con lo “Semita”.
Los Judíos son Semitas, pero no son la única Etnia
Semita. Sí, Etnia y no Raza, puesto que “Raza”
apunta a un pseudo concepto Biológico sin base científica.
El Semita, identificado con el Judío, era tildado de
deicida, de “Maldito de Dios”. El contacto con él
provocaría el castigo inmediato para quien le ayudase.
La caridad Cristiana no era susceptible de aplicarse al asesino
de Cristo, salvo en caso de conversión. Rituales deplorables
han existido a lo largo de toda la Historia en dicha línea.
Por ejemplo, el caso del Papa Pío IX, quien justifica
en rapto de niños Judíos de GUETTO de Roma por
parte de familias Cristianas para su salvación (el mismo
lo hizo), o escupir sobre la Torá sostenida por el Rabino
por parte de las autoridades eclesiásticas al paso por
el GUETTO. Además del subconsciente colectivo, contribuyó
decisivamente en el Siglo XIX la obra de Oscar Spengler LA DECADENCIA
DE OCCIDENTE, en la que se vertía la idea de que Europa
perdería su supremacía al permitir la contaminación
racional, eliminando la pureza de la cultura Europea. Los libros
de texto alemanes de Educación Primaria al final del
XIX celebraban frases como ésta:”Dios creó
al hombre blanco, al negro, al indio y a ese demonio llamando
Judío”. En 1902 se crea en Alemania el Instituto
Alemán para la Higiene de la Raza. Más tarde,
a mediados de la década de los veinte, ve la luz el título
Mi Lucha de Adolfo Hitler tras su condena por el “puñetazo
de Munich”. Durante esos mismos años se popularizó
en Alemania un opúsculo publicado en Leipzig, en 1920,
firmado por el prestigioso Jurista Karl Binding y por el Psiquiatra
Alfred Hoche, “Permiso para destruir las vidas que no
merecen la pena vivir”. Las concepciones de deicidio y
de raza suprema adquirirán una órbita inimaginable
en la pluma de Hitler, cuando al final del Capítulo Segundo
se autoproclame enviado de Dios para fustigar a los asesinos
de su hijo. En el fondo, Hitler utilizaría a los Judíos
para focalizar sobre ellos el fracaso de la República
de Weimar y la justificación de la vuelta al idealismo
político-imperial del Kaiser para resarcir al Pueblo
Alemán de la Paz de Versalles.
Tras la subida al Poder del Gobierno nazi en enero de 1933,
inmediatamente fueron adoptadas medidas sistemáticas
(administrativas, laborales, fiscales, sociales) contra los
Judíos. Todo súbdito del Reich que entre sus ascendientes
contase con varios abuelos Judíos, dejaba de ser Alemán,
perteneciente al pueblo puro (Volk) y excluido de la raza aria,
superior. Se prohibieron los matrimonios mixtos y se declararon
nulos los existentes.
Los descendientes de éstos últimos debían
renuncia a la práctica de la Religión Judía
para ser declarado Alemanes; mientras que quienes tenían
algún pariente Judío o un único abuelo
de esta religión eran llamados “semiraza”.
¿Por qué tanto hincapié en la pureza racial?
Había que determinar con exactitud a quienes afectaban
las normas discriminatorias. El ultraje y la vejación
estaban permitidos –quizás como catarsis social-;
la estigmatización mediante la obligación de portar
en lugar visible la estrella de David demonizaría en
un futuro cercano a aquellas personas que ipso facto se habían
convertido en sujetos sin Derechos, “inútiles de
alimentar”. Surgiría el denominado “delito
de autor”, se es culpable por el mero de hecho de ser
Judío. A partir de la “noche de los cristales rotos”
la población Judía con más recursos económicos
abandonó Alemania y la recién anexionada Austria.
El resto se quedó para afrontar un acontecer incierto,
que comenzaría a despejarse tras la invasión de
la U.R.S.S.
Goering, comandante de la Luftwaffe, envió un comunicado
al Jefe de la Oficina Principal de Seguridad del Reich, Reinhard
Heydrich, encomendándole la organización de la
“Solución Final para la cuestión Judía”
en toda al Europa dominada por los Alemanes. En 1941 se aceleraron
las deportaciones de los Judíos residentes en Alemania
a los guetos de Polonia y a las ciudades conquistadas en la
U.R.S.S.
Posteriormente se sembró toda la Europa del Este con
“campos de concentración” (inventados ya
en la guerra de los Borres en Sudáfrica). Mientras tanto
en Rusia los “grupos de acción” llevaron
a cabo ejecuciones en masa.
Nombres de campos tristemente conocidos como: Kulmhof (Chelmno),
Belzec, Sobibor, Treblinka, Lublin y Auschwitz detentan el récord
de haber sido lugares de exterminio de casi 6.000.000 (seis
millones) de personas en nombre de la locura de la supremacía
racial. Una dinámica iniciada por la tergiversación
de las ideas Darwinianas (primer capítulo del ORIGEN
DE LA ESPECIE) por Sir Francis Galton, continuadas por K.Pearson,
H. Spencer en Gran Bretaña, con un desarrollo paralelo
en Alemania con A. Weissman (creador de la expresión
“buena raza”), A. José, E. Haeckel y en Estados
Unidos por el Germano H. Müller en su obra de 1935 OUT
OF THE NIGHT.
Para finalizar, una reflexión muy actual, conviene recordar
al pueblo Judío (o a cualesquiera otros que traten de
justificar en cualquier lugar) que hoy no debe servir de pretexto
el uso de acciones terribles sobre un pueblo, como el Palestino
usando la memoria del Holocausto, ni crear una reserva controlada
para la Autoridad Nacional Palestina sometida a los designios
del Gobierno Hebreo: todos los pueblos tienen Derecho a un Estado
Libre Soberano e Independiente como se les concedió a
ellos bajo el liderazgo de Ben Gurión.
Véase también: Antisemitismo, Eugenesia.
“…. la Cultura es una Mediación
omnipresente entre los Humanos y sus condiciones de vida.”
Manual de Paz y Conflictos. Beatriz Molina Rueda y Francisco
A. Muñoz. (eds.).