13 de Abril de 2010 - 21 hs.
Tema: "Mujeres"

Conducido por el Abogado Raúl Arce,  siendo acompañado por los integrantes del Centro de Investigación para la Paz de la Facultad Regional Resistencia, Universidad Tecnológica Nacional,  Srta. Anabella Orcolla, Licenciada Eugenia Itatí Garay, Odontóloga Emy Arduña, Sr. Fredy Eiman,  Srta. Francisca Ortiz,  Prof. Rubén Darío Borda,  y  Magíster  Miguel Armando Garrido.

Operador: Guillermo Aguilar
Selección Musical: Abogado Raúl Arce

Temas: Mujeres.

El tema ha sido tratado siguiendo los lineamientos de la Enciclopedia de Paz y Conflictos, dirigida por el Dr. Mario López Martinez del Instituto de Paz y Conflictos de la Universidad de Granada, España, autora de la voz: Ma. Dolores Mirón Pérez.

LAS MUJERES EN TANTO COLECTIVO DE GÉNERO TIENEN Y HAN TENIDO UNA PROFUNDA RELACIÓN CON LA PAZ EN TODAS SUS ACEPCIONES Y EN MÚLTIPLES DIMENSIONES
En PRIMER LUGAR, dicha relación estaría definida por el propio papel de género tradicionalmente asignado a las Mujeres, de modo que su función maternal, es decir, de reproductoras de vida, se contradice con la acción de quitar la vida, y, por tanto, con su implicación directa en la violencia y la guerra.
AL MISMO TIEMPO, su tradicional exclusión del poder político, en manos de los varones, ha sido causa y consecuencia de su exclusión de los ejércitos, teniendo en cuanta que el poder político suele ir de la mano del poder militar. Por tanto, como ha indicado Cándida Martinez, la división de papeles de género ha marcado tanto la condición femenina como las formas de vivir la Paz y la guerra. Y, aunque no se puede afirmar que las mujeres han sido siempre Defensoras de la Paz –en muchas ocasiones han participado en actividades relacionadas con la guerra, e incluso la han alentado- , no es menos cierto que su tradicional desvinculación directa de la guerra y su función como dadoras de vida las ha llevado a implicarse de forma estrecha en el Concepto de Paz y en las prácticas Pacíficas. Cuando las Mujeres han intentado superar su papel de género de la mano del feminismo, a menudo han incorporado estos presupuestos a su acción pública, tanto en la reivindicación No violenta de sus Derechos como en su intervención activa en la causa de la Paz, al tiempo que el propio feminismo ha contribuido de manera decisiva en la redefinición de los Derechos Humanos y, por tanto, de la Paz Positiva.  

POR LO TANTO, BÁSICAMENTE LA RELACIÓN
ENTRE LAS MUJERES Y LA PAZ TIENE UNA TRIPLE DIMENSIÓN:

  1. el discurso del Género y la Paz, vinculado a la misma idea del Género de la Paz;
  2. las Mujeres como Agentes Activos y Pasivos de Paz;
  3. y la Conceptualización acerca de los Conflictos de Género y la Paz Positiva.

EN PRIMER LUGAR LOS DISCURSOS Y LAS PRÁCTICAS DE GÉNERO
Han implicado una diferente situación de Mujeres y Hombres ante la Paz y la Guerra.
Como ha señalado Cándida Martinez, la relación entre las Mujeres, la Paz y la Guerra, es a la vez interna y contradictoria.
POR UN LADO, en su calidad de reproductoras, contribuyen a sustentar y reproducir los papeles de género socialmente exigidos, lo que implica la reproducción y el mantenimiento de los valores masculinos, incluidos los militaristas y los patriarcales que someten a las Mujeres.
POR OTRO, la guerra atenta contra la función social y política fundamental de las Mujeres, obstaculizando o impidiendo la correcta reproducción del grupo familiar y privándoles de sus apoyos familiares y afectivos
TAMBIÉN EL DESARROLLO DE LAS ACTIVIDADES PACÍFICAS, a menudo en manos de varones, que permiten el sostenimiento de la comunidad, como la agricultura, y que conceptualmente también se han vinculado al Mundo femenino. En efecto, aunque la actividad agrícola, que, durante milenios, ha sido el motor de la economía humana, ha estado mayoritariamente bajo el control masculino, también ha sido simbolizada en lo femenino.
El concepto generalizado de la Mujer como tierra dispuesta para ser cultivada –idealmente por un varón- derivada de la identificación de la fecundidad de la naturaleza con la fecundidad femenina, considerados un mismo fenómeno. De ahí que un Espacio de Paz –entendida ésta como ausencia de guerra- haya sido históricamente definido como aquél en que la tierra es fértil y las Mujeres paren numerosos hijos. Asimismo, la Paz se asocia a la domesticidad, el ámbito considerado femenino por excelencia pues permite la correcta vida familiar, tanto de Mujeres como de hombres, mientras que la guerra hace a estos últimos abandonar su hogar, precisamente con la excusa de defenderlo, en su función protectora.
Al mismo tiempo, al ser el Mundo de la guerra estrictamente masculino, la Paz (Negativa), y lo que ella conlleva constituirá para las Mujeres el ámbito NATURAL en que se desarrollarán su vida y su correcta participación en la Sociedad. Es decir, al menos para la mitad de la Humanidad la Paz y ha sido el Estado ideal natural según el tradicional discurso de género. Y de ahí también que, en relación con la guerra, las Mujeres, junto con los niños y ancianos –los colectivos excluidos de la actividad militar-, hayan formado parte del Sector de la población susceptible de ser “protegido” por la función guerrera de los varones a la vez que han sido las víctimas de la guerra. En la guerra tradicional, consistente en el enfrentamiento directo entre dos ejércitos, el mayor número de bajas se produce entre los guerreros, mientras que el resto de la población tan sólo se ve implicada directamente en caso de asedio, saqueo o invasión masiva. Ciertamente, las Mujeres, como todos, pueden ver seriamente afectadas sus vidas por efectos de la guerra, a consecuencias de hambrunas, enfermedades, muerte o ausencia del varón proveedor y protector, recesión económica en general, etc., sin hablar de los traslados y deportaciones masivas de población, siendo los refugiados mayoritariamente Mujeres y niños. Además, en el transcurso de las guerras, las mujeres han sufrido también una específica violencia de género, violaciones sexuales, mediante las cuales los vencedores simbolizan en el cuerpo de las mujeres el dominio sobre el territorio y las posesiones de los vencidos. Esta condición de víctimas se ha acentuado con la creciente incidencia de la guerra sobre la población civil en el Mundo contemporáneo, en que los bombardeos masivos e indiscriminados sobre zonas habitadas han provocado un espectacular aumento de las víctimas civiles, que pueden superar en número a las bajas militares.    
De este modo, no es de extrañar que en muchas Sociedades Históricas y Contemporáneas, la Paz como concepto abstracto haya sido personificado en forma de Mujer y, como tal, haya asumido los atributos propios de Mujeres, como la fertilidad, la maternidad y la domesticidad. Por lo que concierne a la Sociedad Occidental, en la Antigüedad Clásica, las divinidades que personificaban la Paz (la Griega Eirene, y la Romana Pax) eran femeninas y el simbolismo que las rodeaba era el propio de las funciones reproductoras identificadas con las Mujeres, tanto la maternidad humana como la fertilidad de la naturaleza.
También en China, por ejemplo, la Paz ha sido vinculada al mundo femenino y, así, uno de los ideogramas que expresan este concepto representa a una Mujer dentro de una casa.
En efecto, se ha establecido una íntima relación entre Paz y Vida, entre Paz y Prosperidad-fecundidad, entre Paz y Hogar, ligada a la función de género atribuida a las Mujeres como reproductoras y cuidadoras del grupo familiar y de la comunidad en general.
Esta SIMBOLOGÍA ha tenido un notable éxito iconográfico a la hora de simbolizar tanto la Paz como la guerra. De ahí que mientras la primera ha solido ser representada mediante imágines de Pacíficas matronas fértiles o por Diosas del amor (unión y fertilidad frente a desunión y destrucción de la guerra), la impactante imagen de una Mujer con un niño en brazos en medio de una paisaje bélico ha sido un frecuente recurso iconográfico para simbolizar la barbarie de la guerra.

EN SEGUNDO LUGAR, A MENUDO PARTIENDO DE ESTA FUNCIÓN DE GÉNERO, LAS MUJERES SE HAN IMPLICADO ACTIVA Y PASIVAMENTE EN LA CONSECUCIÓN Y MANTENIMIENTO DE LA PAZ Y LA REGULACIÓN PACÍFICA DE CONFLICTOS
Por un lado, las Mujeres, en su vida cotidiana, han desarrollado pautas de relaciones sociales y de Regulación y Resolución Pacífica de Conflictos, como la Paciencia, la Caridad, el Cuidado, la Compasión o la Mediación, vinculados estrechamente al tradicional papel de género femenino.
Como objetos pasivos, las Mujeres han sido utilizadas a menudo, por medio de matrimonios, como enlaces entre familias e incluso entre facciones políticas y Estados, sirviendo para sellar o favorecer Paces o alianzas entre varones. Al mismo tiempo, su condición de enlaces entre familias y, por tanto, de cohesionadotas familiares y sociales, ha propiciado su papel activo de mediadoras dentro de la familia o entre las familias a las que pertenecen, lo que, en el caso de monarquías dinásticas, se ha traducido a menudo en una intensa actividad diplomática entre Estados.
ASIMISMO, SU FUNCIÓN DE CUIDADORAS DE LA FAMILIA HA SIDO AMPLIADA A LA COMUNIDAD, ACTUANDO COMO MEDIADORAS SOCIALES, MEDIANTE EL EJERCICIO DE LA BENEFICENCIA Y LA CARIDAD. Las Mujeres han destacado en estas actividades de forma significativa, e incluso las han utilizado para salir del espacio doméstico de la casa precisamente ampliándolo a toda la sociedad, extendiendo a ésta su papel de Madres Cuidadoras. De este modo, se han inclinado a favorecer los sectores más débiles, que corresponden a su función educadora y cuidadora en el seno de la familia: niños huérfanos o pobres, ancianos, muchachas descarriadas o personas sin apoyos familiares en general. Esta actitud se ha plasmado a menudo en una forma distinta de entender el ejercicio del Poder, como ocurrió en el caso de las llamadas “santas reinas” de época medieval y moderna, caritativas y Hacedoras de la Paz, que no sustentaban su poder en la violencia, sino en la Mediación en las Relaciones Humanas, tanto políticas como sociales. 
EN CUANTO AL MOVIMIENTO DIRECTO Y CONSCIENTE DE MUJERES A FAVOR DE LA PAZ, HA SOLIDO ESTAR TAMBIÉN VINCULADO AL CUMPLIMIENTO DE SU PAPEL DE GÉNERO.
Por un lado, las Mujeres, relegadas tradicionalmente a la esfera de lo privado, han irrumpido en el ámbito público para reclamar la Paz y actuar como Mediadoras entre varones, cuando han visto amenazado el correcto funcionamiento de su papel de género, la reproducción, a causa de la guerra. De este modo, las primeras movilizaciones de mujeres, como las de las sabinas para acabar con la guerra entre sus familiares varones, sabinos y romanos, se han producido para pedir la Paz. Sin embargo, no ha sido hasta época contemporánea que las Mujeres se han implicado de manera masiva y directa en la consecución y Mantenimiento de la Paz, irrumpiendo con fuerza en el ámbito público para reclamarla. Acción directa a favor de la Paz, que se ha producido desde dos posiciones de partida, que a menudo se han convergido en un mismo objetivo.
Por un lado, desde los presupuestos tradicionales, es decir, en su calidad de Madres reproductoras de vida, como ocurrió en su implicación activa en el Movimiento de No violencia para la independencia de la India, liderado por Gandhi, o la Mediación de Madres y Esposas en conflictos como el de Irlanda del Norte, donde numerosos grupos fundados por Mujeres se han movilizado por los Derechos Civiles, la Paz y la reconciliación inter-étnica, demostrando su capacidad de relacionarse por encima de las tendencias. Las Mujeres, además, forman parte importante y a veces mayoritaria en numerosas organizaciones no gubernamentales a favor de la Paz, la Igualdad y el Desarrollo. Precisamente, éstos (Igualdad, Desarrollo y Paz) han sido incorporadas a los objetivos de importantes Movilizaciones Feministas y han sido el lema de las Conferencias Internacionales sobre Mujeres. De este modo, no resulta extraño que los Premios Nóbel de la Paz hayan recaído diez veces en manos femeninas, siendo la sección en que las Mujeres han sido más veces galardonadas. Cabe destacar que la participación de las Mujeres en los Movimientos por la Paz ha sido, a lo largo de la historia, numérica y cualitativamente más importante que en otras acciones públicas.
Por otro lado, el feminismo ha aportado al Movimiento por la Paz tanto sus activas movilizaciones como un nuevo y más amplio Concepto de Paz. En efecto, a lo largo del Siglo XX y en el mundo actual, buena parte de las organizaciones feministas, entre las que se incluyen algunas de las que mayor repercusión pública han tenido (por ej. Mujeres de Negro, WILPF), se han implicado activamente en las Movilizaciones por la Paz y el Desarme, vinculando estos a la reivindicación de los Derechos Femeninos.
Al mismo tiempo, las prácticas Noviolentas, que han sido las utilizadas fundamentalmente, por el feminismo en su Movimiento de Reivindicaciones de los Derechos de las Mujeres (salvo recursos puntuales a la violencia, como en parte del sufragio inglés), así como las prácticas y valores tradicionalmente considerados femeninos aplicables a la Resolución Pacífica de Conflictos (compasión, negociación, mediación, etc.), han sido incorporados por el Movimiento Pacifista, al que han servido como inspiradores.

EN TERCER LUGAR, LA CONSIDERACIÓN DE LOS CONFLICTOS DE GÉNERO, A PARTIR DEL FEMINISMO HA CONTRIBUIDO DE MANERA FUNDAMENTAL A UNA RECONCEPTUALIZACIÓN DE LA PAZ POSITIVA, QUE NO SE ENTIENDE POSIBLE MIENTRAS HAYA VIOLENCIA DE GÉNERO
En efecto, la inclusión de los Derechos de las Mujeres en los Derechos Humanos implica una reconsideración del Concepto de PAZ ESTRUCTURAL.
Si la PAZ POSITIVA se entiende que no puede ser posible mientras haya un grupo social discriminado u oprimido por otro, eso significa que no podrá alcanzarse mientras subsista la discriminación u opresión por causa del sexo sobre todo cuando, en términos cuantitativos, afecta a más de la mitad de la Humanidad, y, cualitativamente, a la desigualdad social más profunda, generalizada y constante en el tiempo. Es decir, la forma de discriminación tal vez más difícil de combatir y superar. Así lo ha entendido el feminismo, que ha acuñado el lema “ni guerra que nos destruya ni Paz que nos oprima”. De este modo, el Movimiento Feminista, independientemente de su adhesión al Pacifismo, al reivindicar la Igualdad y liberación de las Mujeres, es en sí mismo Movimiento por la Paz, pues contribuye activamente a la Construcción de un Mundo más Igualitario y Justo y, por tanto, Pacífico.  

Véase también:  Conflictos de Género. Ecofeminismo. Feminismo.
                           Feminización de la Paz. Género. Patriarcado.

                “…. La Vida Humana es un bien prioritario y fundamental y hay que
                  preservarla y cuidarla….. pues la Vida y la Dignidad Humana se entienden
                  como valor fundamental.       
                  Manual de Paz y Conflictos. Beatriz Molina Rueda y Francisco A. Muñoz. (eds.)”.      
 

                  

 

Volver

Diseño: Ing. Jane García - VGM
Trabajo Donado al Centro de Investigación para la Paz.

  © 2003. Todos los Derechos Reservados
Mejores resultados en 800 x 600