13 de Mayo de 2008 - 21 hs.
Tema: "Guerra Total"

 
Conducido por el Abogado Raúl Arce, siendo acompañado por los integrantes del Centro de Investigación para la Paz de la Facultad Regional Resistencia, Universidad Tecnológica Nacional, Srta. Anabella Orcolla, Licenciada Eugenia Itatí Garay, Odontóloga Emy Arduña, Abogada Teresita Abelenda, Prof. Rubén Darío Borda, y Magíster Miguel Armando Garrido.

Operador: Guillermo Aguilar
Selección Musical: Abogado Raúl Arce

Temas: Guerra Total

El tema ha sido tratado siguiendo los lineamientos de la Enciclopedia de Paz y Conflictos, dirigido por el Dr. Mario López Martinez, del Instituto de Paz y Conflictos de la Universidad de Granada, España, autor de la Voz: Francisco Laguna Sanquirico.

¿QUÉ SUPONEN LAS GUERRA?
Las guerras suponen un cataclismo para los pueblos que la sufren que no precisa aclaración.
Los adjetivos tienen por objeto situarlas en la historia o en la geografía, señalar su amplitud o completar datos sobre los métodos y medios empleados por los contendientes, por lo que conviene ante todo profundizar en lo que significa este fenómeno. Al margen de lo que han opinado algunos historiadores defensores de que los conflictos violentos son inevitables y hasta positivos para el progreso, debe considerarse como uno de los problemas más graves y trascendentes que tiene planteada la Humanidad.

DEFINIR LA GUERRA
La guerra es difícil de definir o, siendo más precisos, son muchas las definiciones que se han dado, sin que ninguna de ellas parezca haber acertado con la complejidad de este fenómeno. Por lo pronto hay que desechar las que la consideran como una INSTITUCIÓN del Hombre, ya que si bien las guerras como tales sólo se dan entre seres Humanos, el conceptote institución tiene unas connotaciones éticas e históricas que no se acomodan a aquéllas. En los años 30, el Pensador Francés Gaston Bouthoul inició el estudio de una nueva disciplina a la que denominó POLEMOLOGÍA.

¿QUÉ ES LA POLEMOLOGÍA?
Polemología: Estudio Científico de las Guerras.
Pero, a pesar de los numerosos trabajos desarrollados en distintos centros, no se ha logrado una definición que satisfaga por completo. Sin embargo sí se han determinado algunas de las características que las diferencian de otras formas de lucha o del empleo de la violencia que no son guerras en sentido estricto.

RASGOS DE LA GUERRA
Estos rasgos pueden resumirse en los siguientes: enfrentamiento violento entre sociedades organizadas (Estado), en los que intervienen efectivos y medios importantes (ejércitos) que actúan, en cierto modo, en el marco de las normas de Derecho Internacionales. Sin embargo muchos de los conflictos armados de las últimas décadas y en especial las acciones terroristas y las Operaciones de Paz de la ONU no se ajustan a estas características, lo que ha obligado a reconsiderar la cuestión.

LA FINALIDAD DE LA GUERRA
La finalidad de la guerra es doblegar la voluntad del contrario para que acepte las condiciones deseadas. Esto implica a las fuerzas armadas del otro bando, lo que llevó a Clausewitz a aseverar que la finalidad última era la destrucción de dichas Fuerzas y, en consecuencia, que la guerra tendía inevitablemente al empleo máximo de la violencia; afirmaciones discutibles que además no se ajustan a las doctrinas militares actuales.

LA GUERRA TOTAL
Concepto: El Concepto de Guerra Total fue planteado por el General Alemán Von Ludendorff poco antes de la II Guerra Mundial. Su obra, publicada con este título, se apoya en las consideraciones de Clausewitz, para llegar a la conclusión de que los Conflictos Futuros al afectar a la totalidad de la población, la implican necesariamente, lo que transforma los conflictos convencionales en guerras totales. Esta Teoría fue llevada a la práctica, por uno y otro bando, en la guerra de 1939-45.
La obra citada tiene un marcado enfoque Socio-Político y no profundiza en lo que puede significar realmente el término TOTAL.
Caben tres acepciones: cuando se refiere a los Escenarios del Conflicto, la referida a los medios empleados, y la que entiende de los Métodos de lucha seguidos. Según los casos le será de aplicación una u otra de las acepciones.
¿Cuándo la Guerra es total?: Cuando se aplica a los Escenarios Estratégicos en los que se llevan a cabo las batallas, la Guerra es total cuando alcanza a gran número de Países, y se desarrolla en teatros de operaciones situados en distintos continentes. Así sucedió en la II Guerra Mundial que, a diferencia de guerras anteriores alcanzó áreas tan distantes como Europa, Asia y África. Ha recibido también la denominación de GUERRA GENERALIZADA y ha constituido una amenaza permanente durante el largo período de la Guerra Fría, diferenciándose de las llamadas Guerras locales o las calificadas como GUERRAS LIMITADAS.
Guerra Total en sentido pleno del término: Cuando se refiere a los medios, apunta a los efectos del armamento utilizado. La Moderna Tecnología ha puesto en manos de los Gobiernos armas con una capacidad de destrucción nunca imaginada y que han llegado a ser consideradas como amenazas para el conjunto de la Humanidad. La primera fue la bomba atómica a la que han seguido las armas químicas y las bacteriológicas, si bien estas dos últimas han estado controladas por los propios Países precisamente por la dificultad en controlar sus efectos. La posibilidad de una guerra nuclear entre las dos grandes potencias, que hoy por fortuna está prácticamente descartada, debe considerarse como una Guerra Total en el sentido pleno del término.
Cuando se refiere a los Métodos empleados, se relaciona con las operaciones de destrucción masiva, las acciones indiscriminadas contra población civil o desarmada y en general con la guerra al margen de los convenios internacionales y de los que se denomina DERECHO DE LA GUERRA O DERECHO DE GENTE. En esta concepción de la guerra, hay que incluir el Fenómeno del terrorismo indiscriminado, aunque no todas las acciones terroristas deben calificarse como acciones de guerra. Se trata de la interpretación más corriente de lo que es la guerra total, considerándola como violencia llevada al último extremo y al margen de toda Ética en cuanto al empleo de los medios.
La Doctrina vigente para las operaciones militares no contempla el Concepto de Guerra Total. Existen reglamentos y normas para las acciones en uno u otro terreno (montaña, desierto, selva, aire, mar, etc.), para el empleo de los medios (navales, aéreos, carros de combate, etc.) o para la resolución de determinadas situaciones (defensivas, ataque, protección de convoyes, cobertura en operaciones de Paz, etc.), pero no existe un manual de cómo llevar a cabo la Guerra total o cómo defenderse en su caso. Esto se debe a que no se trata de un Concepto Militar, sino de una Interpretación Política de llevar a cabo las operaciones.

EVOLUCIÓN HISTÓRICA
La Historia demuestra que las acciones de destrucción indiscriminada y total se han dado en bastantes ocasiones, siempre ligadas a la situación sociopolítica del momento. Así, en las Guerras Primitivas, era bastante corriente la ejecución o mutilación de prisioneros, la destrucción total de las ciudades que se habían resistido al asedio, la esclavización de la población enemiga, la quema de los campos, la siembra de sal para dejarlos desérticos durante años y actos similares. Poco a poco estos comportamientos se fueron variando, en parte por razones económicas, por ejemplo, era más rentable tomar como esclavos a los prisioneros que matarlos, y, en parte, por razones Éticas.
Por consideraciones que sería largo analizar, en la Edad Media, ser fueron RITUALIZANDO los enfrentamientos, llegando a solucionar las controversias en un combate o torneo entre combatientes designado por uno y otro bando. Parecido sentido, tenía el hecho de que la responsabilidad de la defensa de la población civil era desempeño de los nobles y de los reyes, con la consecuencia de que ésta sufría las consecuencias de las disputas, de las cesiones y, en definitiva, de las decisiones unilaterales de los gobernantes, sin tener más peso en sus decisiones que la aportación de medios económicos y en algunos casos de medios humanos.
Pero al iniciarse la Edad Moderna, Maquiavelo y otros pensadores, denunciaron lo injusto y frustrante que era para el conjunto de la población esta situación y pocos Siglos después de la Revolución Francesa puso de nuevo sobre el tapete el tema de que debía ser todo el Pueblo el que participara en la defensa de la Nación.
Nunca se había perdido la convicción de que la guerra podía llegar a exigir la participación de todos los ciudadanos en la medida en que estuviera en peligro la supervivencia, pero fue el impulso Democrático de la Revolución Francesa el que lo actualizó. En base a las experiencias vividas junto y frente a Napoleón, Clausewitz sentó los Principios de la Guerra que apuntaba a un enfrentamiento que rebasaba a los soldados del campo de batalla, aunque fueran ellos los protagonistas principales. Basándose en estas ideas Ludendorff y después otros pensadores desarrollaron la Teoría de que en las situaciones de guerra, al igual que en las de emergencia nacional, toda la población estaba implicada o mejor dicho, debía implicarse porque el conflicto era para su defensa y, en consecuencia, el resultado les afectaba directamente.
Los ejemplos de la actuación de civiles en las guerras coloniales y, sobre todo, la actuación de grupos guerrilleros y terroristas no ha hecho más que incidir en este criterio. Como contrapunto, en las últimas décadas se ha desarrollado una amplia legislación internacional defendiendo a la población civil e insistiendo en la obligación de los ejércitos de no extender sus acciones más allá de lo imprescindible, respetando en todo caso a los no combatientes y a los más necesitados, entre los que hay que destacar a los ancianos, las mujeres y los niños.
En todo caso no se debe identificar guerra total con ataques a la población civil. Las acciones que se realizan contre este sector de la sociedad, con el pretexto de que también son combatientes o que atacándoles se mina la moral de los soldados, no son justificables desde ninguna óptica, aunque en ocasiones tengan su parte de verdad. Éste es un punto en el que coinciden todos los convenios internacionales orientados a disminuir los daños colaterales de cualquier contienda.
La Teoría de la Guerra Total ha arrastrado a consecuencias negativas, aunque también cabe señalar algunas positivas.
Lo más negativo se sitúa en la idea de que en la guerra no tiene cabida la Ética. El ejemplo de muchas barbaridades cometidas parece reforzar esta idea, aunque a pesar de estas extralimitaciones en todas las Naciones Desarrolladas se siga manteniendo la necesidad de respetar los Convenios Internacionales suscriptos.
En el extremo de esta actitud hay que señalar la Doctrina de la Seguridad Nacional por la que se consideraron como agresiones bélicas acciones de oposición política, y se mezclaron en las operaciones militares actuaciones policiales en las que se emplearon Métodos contrarios a toda ley y a toda ética.
En la parte positiva de la balanza hay que colocar lo que aporta el Espíritu de Solidaridad, porque, aunque se trate de casos extremos, no cabe duda que recuerda a todo ciudadano que no puede quedarse al margen de la defensa del resto de la comunidad. No se trata de que todos deban ser objetos de las agresiones, sino de que es obligación de todos el contribuir, en la medida que pueda, a defender los Valores que constituyen la identidad propia y en definitiva la Justicia que lleva a la Paz.
Esta valoración positiva no significa que sea éticamente aceptable el Concepto de Guerra Total que, como queda dicho, es una deformación del sentido Democrático de la Defensa Nacional, sino que es preciso tener un conocimiento riguroso de los orígenes de los conflictos y que es un problema tan grave como el de la supervivencia todo ciudadano debe contribuir a la solución y al logro de la Paz, en defensa de los Derechos y Libertades de la Comunidad a la que pertenece. Aunque, en ningún caso, deban violarse las leyes internacionales.

EL FUTURO
Aunque no se pueda descartar por completo, el Panorama Estratégico actual hace impensable que estalle una guerra total, en toda la extensión de la palabra, esto es, que abarque las tres acepciones comentadas. Los enfrentamientos seguirán durante años y algunos puede que se desarrollen en distintos puntos del planeta o que se empleen armas de destrucción masiva, pero la conjunción de todas ellas no parece probable en plazo previsible.
En cuanto a la acepción que se refiere al empleo de Métodos fuera de la Ética y de los Convenios de Derecho Internacional, sería ingenuo afirmar que no van a existir estos comportamientos, pero en la medida en que no se generalicen y no lleguen a ser la pauta de conducta general de las Naciones más Desarrolladas, no parece factible que lleguen a condicionar la posible, y deseable, evolución de los conflictos hacia las soluciones negociadas.
Sin embargo, hay que reconocer que conflictos limitados como el de los Grandes Lagos o las operaciones de LIMIPIEZA ÉTNICA en la ExYugoslavia se aproximan a bastantes de los parámetros expuestos y demuestran que es necesario mantener el esfuerzo para frenar los planteamientos en los que el genocidio, la venganza y la exaltación de la eficacia por encima de toda norma Ética, siguen vigentes en muchos pueblos.

Véase también: Guerra Justa, Terrorismo.

“Desde la perspectiva de los Pacifistas los conflictos son una de las bases teóricas y prácticas de toda la actividad humana, por ello intentamos comprenderlos lo mejor posible y, a partir de ahí, proponer técnicas y metodologías de regulación y prevención de los mismos.”
Manual de Paz y Conflictos. Beatriz Molina Rueda y Francisco A. Muñoz (eds.).

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Diseño: Ing. Jane García - VGM
Trabajo Donado al Centro de Investigación para la Paz.

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