15 de Marzo de 2011 - 21 hs.
Tema: "Pacifismo Religioso"

 

Conducido por el Abogado Raúl Arce,  siendo acompañado por los integrantes del Centro de Investigación para la Paz de la Facultad Regional Resistencia, Universidad Tecnológica Nacional,  Srta. Anabella Orcolla, Licenciada Eugenia Itatí Garay, Sr. Fredy Eiman,  Srta. Francisca Ortiz,  Lic. Wilma Soledad Trúe,  Prof. Rubén Darío Borda,  y  Magíster  Miguel Armando Garrido.

Operador: Guillermo Aguilar
Selección Musical: Abogado Raúl Arce

Temas: Pacifismo Religioso.

El tema ha sido tratado siguiendo los lineamientos de la Enciclopedia de Paz y Conflictos, dirigida por el Dr. Mario López Martinez del Instituto de Paz y Conflictos de la Universidad de Granada, España, autor de la voz: Mario López Martinez.

¿QUÉ ES EL PACIFISMO RELIGIOSO?
Por este Concepto deberíamos entender todo un conjunto amplio de respuestas y alternativas sociales, culturales y políticas, desde la religión, al uso de la guerra y de otras formas de violencia directa.
No son sólo los Programas de las Religiones a favor de la Paz, y es evidente que no todas ellas son tan claras y precisas a este respecto, sino de aquellos Movimientos Religiosos más bien minoritarios que adoptaron como propios los ideales, doctrinas y corrientes del Pacifismo, como estilo de vida, como forma de organización comunitaria, o crítica frente lo que identificaban con la guerra, la violencia y ciertas formas de ejercicio del Poder.

TANTO LAS GRANDES RELIGIONES MONOTEÍSTAS (CRISTIANIMSO, ISLAM, JUDAISMO), COMO LAS OTRAS GRANDES DOCTRINAS RELIGIOSAS (TAOÍSMO, HINDUISMO, BUDISMO), HAN HECHO APORTACIONES PUNTUALES O ESTRUCTURALES A LA CONCEPCIÓN DE LA PAZ O DEL RECHAZO A LA GUERRA.
Asimismo, otras Religiones Minoritarias o Corrientes Minoritarias dentro de las anteriores han generado un cúmulo importante de enseñanzas y respuestas a QUÉ HACER CON EL SUFRIMIENTO, LA VIOLENCIA Y LA GUERRA como Fenómenos e Instituciones Culturales y Sociales.
De la Antigua India provino, desde hace más de 2500 años, el Concepto Ético de AHIMSA que pretendía la observancia del respeto a toda la vida. Esta concepción se fue extendiendo y reinterpretando como formas de amor, respeto a lo creado por la divinidad, resistencia al mal, etc., y sigue siendo hoy un referente fundamental para la comprensión del Pacifismo y la Noviolencia.
Muchas estas prácticas religiosas se han acabado asimilando, a través de la Historia, con formas pacíficas que rechazaban la violencia, y que asumían una vida sencilla, rural y e pequeñas comunidades de iguales. De hecho, algunas de las formas que adoptó el Pacifismo, además de ser un término contemporáneo, como tal no había necesidad de practicarlo puesto que, en gran medida, tanto en el Mundo Antiguo, como posteriormente en la Época Medieval, los sistemas de ejércitos estaban integrados por castas guerreras o por mercenarios, lo que no quiere decir que no existieran sistemas de levas, pero en cuyas Sociedades eran muy bajos los niveles de uso de la Objeción de Conciencia y de rechazo a la guerra pues ésta era cosa de nobles y de minorías. Una importante excepción a este argumento lo constituyó la posición de los primeros Cristianos frente al Imperio Romano.
En esta voz, por razones de espacio, sólo vamos a hacer referencia a ciertas posturas en contra de la guerra y a favor de la Paz dentro de eso que hemos querido denominar como “Pacifismo Religioso”. Y, más concretamente, a aquellos Movimientos Religiosos que surgieron en determinadas épocas y que, tras los análisis de los expertos del Pacifismo, se han ido identificando con aquel término. Me referiré, por tanto, de manera restrictiva a algunas Iglesias Minoritarias Preprotestantes y Protestantes que adoptaron, con mayor o menor rigor y profundidad doctrinal, y con mayor intensidad o no, las prácticas del Pacifismo y de la Noviolencia.
No obstante, antes de mencionar y describir algunas de estas Iglesias Minoritarias, vamos a tratar de perfilar algunos rasgos, GROSO MODO, que podrían ser comunes, aunque en diferente grado, a todas ellas:

1.- LA RESISTENCIA MORAL.
Las Sociedades Pacifistas Religiosas se caracterizaron por su autenticidad e identidad moral, por la fuerza de sus convicciones, por su defensa de lo que consideraban los auténticos presupuestos del Evangelio, de la palabra y de la vida de Jesús de Nazaret.
EN PRIMER LUGAR, adoptando una vida imitadora de las primeras Comunidades Cristianas Primitivas. Una vida sencilla, ligada a la naturaleza, de economía agrícola y artesanal, de vida hogareña, de prácticas culinarias vegetarianas y frugales. Un tipo de economía y vida autosuficientes para el mantenimiento de una mínima organización social, administrativa y política, donde los principales textos de referencia eran, además de los Evangelios, los libros y las lecturas procedentes de ciertos “padres” espirituales o fundadores, ciertas vidas de personajes ilustres, de reformadores de verbos crítico y moral restrictiva.
EN SEGUNDO LUGAR, manteniéndose alejados o a prudente distancia de la vida pública y, sobre todo, política. El rechazo a ocupar cargos públicos, o a colaborar con la administración de los estados y los reinos, a desempeñar altas o notables representaciones, su oposición a un tipo de justicia sólo punitiva, su no conformidad con las injusticias y el mal de las diferencias sociales y económicas, en muchas ocasiones su oposición a pagar impuestos, o su consideración de la servidumbre como un problema no sólo socio-económico sino ético.
EN TERCER LUGAR, su Resistencia Moral, los condujo también a ser prudentes a la hora de ejercer el proselitismo de sus Doctrinas. Fustigaban la inmoralidad de los jerarcas, los lujos de las otras Iglesias, especialmente la católica, pero practicaban un pensamiento religioso bastante libre e independiente.
Y, finalmente, en CUARTO LUGAR, su Resistencia Moral era una forma de nueva moral, nuevos estilos y comportamientos, ciertamente muy diversos entre unos y otros grupos: desde aquellos que aceptaban la poligamia o no aprobaban el matrimonio como institución, a aquellos que recomendaban las reglas de la castidad; desde los que estaban más preocupados por la fe, a aquellos más interesados por las formas, etc..El abanico era amplio pero, en cualquier caso, existía el elemento común de rechazar los vicios acumulados durante muchos años de Iglesia Católica, Apostólica y Romana, y se empeñaron en marcar una nueva moral más apegada a una interpretación más literal, en fondo y forma, al “Evangelio del Amor”.
 
2.- NO RESISTIR AL MAL CON MAL. Esta fue una de las principales reglas, no siempre cumplida a rajatabla, pero muy característica de todas ellas. Ellos creían que el mal debía ser resistido o repelido pero sólo mediante medios Pacíficos y Morales.
De una parte, la valoración sustancial del mensaje Noviolento de Jesús de Nazaret, en forma de mandamiento del amor. Para ellos esa expresión de la Noviolencia se encontraba en el SERMON DE LA MONTAÑA y  en las BIENAVENTURANZAS: “No resistáis al mal”; “Si alguien te golpea en la mejilla derecha, vuélvele también la izquierda”; “Amad a vuestros enemigos, y orad por los que os persiguen”; “Bienaventurados los Pacificadores, pues Dios los llamará hijos suyos”; etc..
En parte muchos entendieron este mensaje de una manera literal: frente a la opresión política, la violencia y la injusticia social cabía la respuesta del sufrimiento y el martirologio, combinando con el amor por aquellos, precisamente, que cometían el daño. No hay unanimidad al respecto, dado que no todos los grupos entendieron el uso de NO RESPONDER AL MAL CON MÁS MAL en aquel sentido. La idea Evangélica parece que consistía en eso: no responder con violencia a la violencia, no caer en su trampa y sus redes, no tratar de curar el cáncer con más cáncer, sino poniendo en marcha otras muchas posibilidades, de las que las más exigentes eran el Amor hasta a los enemigos, pero no tenían porque ser las únicas. De hecho se abrían muchas otras formas de Resistir al Mal: no colaborando con él, no imitándolo, rechazando sus dádivas, manteniendo una vida incólume y una moral incorruptible.
El grado de exigencia mudó, históricamente, en función de muchas variables pero no parece que éstas se derivaran de una interpretación o adopción CIRCUNSTANCIAL DEL PACIFISMO Y LA NOVIOLENCIA; de entender éstos como un simple consejo de perfección sólo apto para unos pocos y, por tanto, descartable para los más débiles de espíritu; de ser un tipo de moral aplicable sólo a las relaciones individuales e interpersonales, y no acomodada a prácticas de gobierno o de poder –como ya advirtiera Martín Lutero cuando se refirió a la doble moral o los dos “reinos”-; que pudiera interpretarse esa resistencia al mal, en ciertas ocasiones que estuvieran motivadas por causa justa, con el uso de medios violentos e incluso con la acción de la guerra; o, que entender el Derecho a defenderse, con uso de algún grado de violencia, se extendiera más allá de la estrictamente imprescindible.
  
3.- LAS ACTIVIDADES DE DIPLOMACIA Y RECONCILIACIÓN. Esta dimensión de la aportación de estas formas de PACIFISMO RELIGIOSO son verdaderamente modernas e interesantes. Esta contribución vino marcada por la idea de inscribirse y ser útiles para el Mundo, por ir más allá de las estrechas comunidades en las que los ideales eran posibles entre iguales pero chocaban o se hacían inservibles más allá de éstas. Esta apertura al Mundo les permitió convertirse en útiles instrumentos a favor de la Paz, tanto en el terreno diplomático de la comunidad de naciones a favor del arbitraje o de la solución racional de los problemas internacionales, como en los espacios post-bélicos de diálogos, recuperación y reconciliación entre las Naciones, ofreciendo la dimensión humana y reparativa necesaria, o explorando las vías de sanación de la sanación de los traumas.
Es interesante ver cómo, especialmente, Anabaptistas y Cuáqueros, propiciaron diálogos interreligiosos entre las diferentes confesiones enfrentadas, siglos atrás, por las guerras de religión. Cómo aportaron sus ideas y sus prácticas al incipiente DERECHO INTERNACIONAL HUMANITARIO y a las Organizaciones Filantrópicas de Ayuda a Refugiados y Desplazados de la guerra, no combatientes, etc.. Como sus PROGRAMAS EDUCATIVOS E INTERCULTURALES, y sus formas de trabajo les granjearon la gratuidad y colaboración de otras confesiones, como judíos, católicos, anglicanos, neohinduistas, etc.. Asimismo, su mediación en el terreno diplomático, les llevó a buscar soluciones a diversos conflictos en varios continentes, si bien es cierto que con suerte desigual.
Estas características generales conforman un panorama complejo, que refleja la importancia que tuvieron todos estos grupos a pesar de ser minoritarios en las diferentes sociedades donde se ubicaron. Sus aportes a la cualificación de la Paz, de la Noviolencia y del Pacifismo como oposición a la guerra, continúan siendo –en ciertos casos- un referente obligado no sólo de las raíces del Pacifismo Contemporáneo sino del aporte del Mundo Religioso a la Paz Mundial.
A continuación vamos a ver, algo más detenidamente algunos de estos grupos de Iglesias Minoritarias. Por la fuerza ha de ser una selección muy grande, pero significativa, respecto de una gran variedad de proyectos, algunos de los cuales acabaron extinguiéndose.

IGLESIAS MINORITARIAS
1.- LOS ALBIGENSES. Eran denominados así por la región de Albi, Languedoc (Francia). Fueron una Iglesia Minoritaria hereje que comenzó a tener relevancia desde mediados del Siglo XII y que la perdió a fines del Siglo XIII.
Entraban dentro de un tronco más amplio denominado catarismo o cátaros (KATHAROS, puro), un movimiento de adeptos que tuvo su origen en regiones orientales de Europa.
Los Albigenses se consideraban “los pobres de Cristo” y se extendieron desde el Rin hasta los Pirineos, siendo sus regiones mas importantes las de Tolosa, Carcasona y Albi. Rechazaban el Antiguo Testamento por el Nuevo. Eran dualistas, consideraban la existencia de un Dios de la Luz, la Verdad y el Amor (propio de los Evangelios) y otro de las tinieblas y el error (el del Antiguo Testamento), que luchaban entre sí. Los Albigenses rechazaban el matrimonio como institución, la procreación sin amor y la guerra como instrumento de la política. Un análisis de sus prácticas comerciales, de su afán por rechazar ciertas formas de poder temporal o de la violencia (como su oposición a los juramentos o su mesurado apoliticismo), les podría caracterizar como Pacifistas, sin embargo no se podría claramente generalizar puesto que fue un grupo muy heterogéneo y contradictorio. De hecho, de algunos albigenses salieron los fermentos de los Valdenses.
2.- LOS VALDENSES. Grupo minoritario surgido hacia finales del SigloXII que reintrodujeron los ideales de pobreza del Evangelio. Sus seguidores eran gente sencilla y de escasa preparación letrada, que leían el Nuevo Testamento de modo literal y con plena libertad, interpretando el mandamiento de no resistir al mal como ejercicio recomendable en todos los órdenes de la vida. Su fundador fue Pedro Valdo (de ahí lo de valdenses) rico comerciante de Lyon, cuyos seguidores fueron llamados los “Pobres de Lyon”.
Los Valdenses tuvieron mucho predicamento entre el campesinado y los comerciantes empobrecidos. Eran partidarios de una vida elemental exenta de tutelaje del Estado y de la jerarquía eclesiástica, por ello rechazaron el sacerdocio y la Iglesia como institución. Durante un par de Siglos consiguieron mantener sus posiciones a pesar de la fuerte represión que sufrieron de manos de los católicos. Su fuerte legado Pacifista y Noviolento y sus concepciones de lo que había de ser la Iglesia influyeron muchísimo en otros grupos, más o menos minoritarios, pero especialmente su Doctrina jugo una fuerte influencia sobre los husitas checos.
3.- LOS HUSITAS. La expulsión de muchos Valdenses de sus territorios de origen y su emigración hacia Bohemia, a partir del Siglo XIII, permitió la dinamización de esa población local con nuevas ideas no sólo sobre la interpretación del Evangelio, sino sobre el sentido de la Justicia Social, las relaciones entre las órdenes y estamentos, y el papel que habría de jugar la Iglesia en todo ello.
En una Sociedad como la Bohemia y en una ciudad como Praga, con profundos cambios experimentados durante el Siglo XIV, en el sentido de un amplio desarrollo del comercio y las primeras industrias domésticas , de acumulación de riqueza agrícola, etc., se generaron fuertes desequilibrios económicos, no sólo entre ciudad y campo, sino dentro de la tradicional Sociedad Bohemia.
En el último cuarto de ese Siglo y bajo la influencia valdense se abrieron nuevas interpretaciones del Evangelio que alimentaron nuevas reivindicaciones, dentro y fuera de la Iglesia, especialmente de los grupos más desfavorecidos, lo que provocaron diversas rebeliones y formas de resistencia de los desheredados. Buena parte del interés de tales oposiciones residió en el rechazo tanto de la autoridades de los “papistas”, como del Poder temporal y del orden feudal, así como en la pluralidad de segmentos sociales  que estuvieron dispuestos a interpretar estas nuevas tendencias evangélicas, asociadas a componentes linguísticos, culturales y nacionales checos.
El nombre de Husitas, Movimiento de los Husitas, le viene de su principal mentor Juan Hus (1369-1415), el cual junto a Jerónimo de Praga y otros profesores y reformadores de la Universidad de esa ciudad comenzaron a difundir las ideas valdenses y a considerar como aceptables muchas críticas esgrimidas por Wiclef. La influencia de John Wiclef (1320 – 1384), profesor de la Universidad de Oxford, fue excepcional entre las diversas corrientes del Movimiento Husita. Este doctor oxfordiano fue el primero en realizar una traducción completa de la Biblia a la lengua inglesa, así como se hicieron famosos, a través de su obra TRIÁLOGO, sus críticas provocadoras hacia la Iglesia “papista”; en contra de las prácticas de las peregrinaciones, las indulgencias, el culto a las imágenes, de los rituales complejos y en latín, de los ayunos y abstinencias hipócritas, etc..; como también, se hizo defensor de la separación entre Iglesia y Estado, de la prioridad de la legislación y de los jurados civiles sobre los eclesiástico, entre otras.
Tensiones sociales e inquietudes religiosas se juntaron para estallar, a principios del Siglo XV, en uno de los Movimientos campesinos y ciudadanos más interesantes, en donde se mezclaron elementos de Resistencia Violento y Noviolentos. Y, aunque Hus y Jerónimo fueron excomulgados y quemados vivos, se convirtieron en obligada referencia para la continuación de la rebelión que no fue sólo doctrinal sino socio-política, a la que la Iglesia de Roma respondió con una “cruzada”.
Los Husitas fueron defensores de una Religiosidad Popular y Sencilla, de la transcripción de toda la liturgia al checo, de la comunidad de bienes, de la libertad de predicación, de la comunión en las dos especies, de la limitación y hasta extinción de los bienes eclesiásticos, etc.
El Movimiento fue muy amplio y convivieron en él, desde diversas tendencias sociales y políticas (incluida la nobleza checa), hasta diferentes corrientes doctrinales, de las que las más importantes fueron los moderados “utraquistas” (partidarios del reparto de la comunidad bajo las 2 especies) y los radicales “laboristas” (de los que más tarde hablaremos).
Las guerras Husitas duraron varias décadas, llevando la destrucción y la persecución por la próspera Centroeuropa, y finalizaron mediante varios acuerdos entre los sectores más moderados y conservadores de los Husitasutraquistas y los papistas católicos, mientras ciertos sectores laboristas y utraquistas mas antifeudales continuaron las guerras hasta ser prácticamente extinguidos. Sin embargo, un sector del laborismo optó por la vía Noviolenta y por la convivencia en pequeñas comunidades aisladas.
4.- LOS TABORISTAS NOVIOLENTOS. Fue una facción radical de los Husitas checos. Se conocen por este nombre porque fundaron un pueblo llamado Tabor (cerca de Praga). Compartían como fundamental el mandamiento del “no matarás”, al que añadían la igualdad de todos los creyentes y la posesión común de los bienes. No aceptaron muchas de las Doctrinas Católicas como la transustanciación, el purgatorio y el culto a los santos; y, sólo dieron por buenos –entre todos los sacramentos-, el del bautismo y la eucaristía.
Sin embargo, no todos los Taboristas aceptaron la vía del Pacifismo Absoluto. De hecho, cuando fueron perseguidos por la Iglesia Católica, ciertos sectores abandonaron el Pacifismo y optaron por la lucha armada para defenderse. Sin embargo, otros, continuaron con sus afirmaciones profundas de restablecer la Comunidad Cristiana Primitiva, tal como aparece en las páginas del Nuevo Testamento, incluyendo la renuncia a la espada bajo cualquier circunstancia. Defensores de un racionalismo teológico primitivo en lo doctrinal, eran practicantes de un comunismo socio-económico en lo social.
Para uno de sus máximos líderes, Pedro Chelcicky, que escribió LA RED DE LA FE (1440), la observación de la “Ley del Amor” de Jesús de Nazaret no era sólo para aplicar, como norma, a la conducta personal sino para convertirla en una ley que regulará, también, a las instituciones sociales de la cristiandad. Chelcicky estuvo muy influído por las Doctrinas Valdenses y por los tratados de Wiclef.
Chelcicky preconizó el Principio de la Noviolencia que implicaba, a su juicio, el fin en la Iglesia de toda desigualdad o injusticia que pudiera generar violencia. Asimismo, estaba en contra de cualquier guerra, cualquier privilegio y cualquier sufrimiento. Señalaba que si el Estado había de ser juzgado, desde la Ley del Amor, quedaba claro que había de ser condenado y rechazado. Al igual que el sistema social feudal que explotaba al campesino , vida ésta pueblerina y monótona pero coherente y sencilla frente a los vicios y defectos de la vida cortesana y orgullosa.
Hacia la mitad del Siglo XV el Movimiento Taborista había terminado por desintegrarse o, más bien, acabó por convertirse en una nueva Iglesia Minoritaria, a saber, la Unidad de Hermanos Moravos o Checos.
5.- UNIDAD DE HERMANOS CHECOS: Seguidores del Hermano Gregorio y muy influidos por las ideas de Chelcicky ejercieron durante bastante décadas prácticas Pacíficas y Noviolentas.
A mediados del Siglo XV, retomaron y practicaron muchas Doctrinas Taboristas. Consideraban, al igual que éstos, que el Estado era una institución no cristiana, y renunciaron a la guerra por considerarla asimismo muy poco cristiana. Practicaron la Objeción de Conciencia frente a las levas y las milicias locales y urbanas, no tomaban cargos públicos para evitar colaborar con las administraciones temporales y observaban una vida frugal y sencilla; incluso para aquellos nobles que quisieran pertenecer a los Hermanos habían de desprenderse de sus riquezas y bienes para adoptar una vida de igualdad en la pobreza. Su grupo social se identificó , desde sus primeros años, por reclutarse entre los sectores más pobres de la escala social: artesanos de los pueblos, campesinos y estudiantes de las pequeñas ciudades; sin embargo, con el paso del tiempo, la Unidad fue moderándose con la entrada de sectores de estamentos urbanos y medios de la nobleza. A fines del Siglo XV una de sus corrientes, los AMOSITAS (Hermano Amós), optaron por vía Pacifistas y aislacionistas, terminando por segregarse del tronco común; mientras que otros sectores, los LUCASIANOS (Hermano Lucas) se hicieron mayoritarios. Esta última corriente fue tomando protagonismo entre el Mundo intelectual checo abandonando su Pacifismo primigenio y colaborando con los protestantes en contra del poder de los Habsburgo y de la Contrarreforma, incluso por la vía militar, lo que les obligó a huir cuando fueron derrotados, en 1620, en la batalla de la Montaña Blanca. Algunos de ellos huyeron a Norteamérica, donde se mezclaron con otros grupos. Otros fueron a Centroamérica donde se instalaron y convirtieron a los indios miskitos de Nicaragua.
6.- LOS ANABAPTISTAS. Fue uno de los grupos más importantes en la propagación de ciertos grados de Pacifismo y de No violencia. Nació con la Reforma en el Siglo XVI bajo el apostolado de Ulrico Zwinglio, en Zurich (Suiza). Pero a partir de ese origen se formaron muchos grupos por todo Centroeuropa: los Hutteritas, los Mennonitas, los Amish, etc.
Los Anabaptistas (“quien se bautiza de nuevo”) sólo aceptaban el bautismo para los mayores, aquellos que consideraban libres de elegir qué hacer con su vida y sus creencias, aceptaban la autoridad eclesiástica local pero no a la de Roma, y admitían como positiva la separación de Iglesia y Estado. Los grupos más exaltados decidieron acelerar las Reformas y dar un vuelco a la situación feudal: fueron las guerras de los campesinos (1434 -1435) en donde se aspiró a la igualdad de todos, la comunalización de los bienes, la extinción de la propiedad señorial y a unos primeros intentos de comunismo rural. En Munster (Wesfalia), los “munsteritas” crearon la Nueva Jerusalem donde instalaron su gobierno teocrático, con profundas reformas civiles y sociales, que llevaron a fase iconoclasta y violenta. Este sector sería derrotado. Pero, asimismo, los Anabaptistas Pacifistas y Noviolentos fueron tratados de similar forma y hubieron de huir, tarde o temprano, a otros países del Norte de Europa o, incluso, marchar a América.
El Anabaptismo Pacifista tuvo un perfil muy alto y exigente. Eran claros defensores de la NO RESISTENCIA (recuérdese: no resistir al mal con mal), querían llevar un Modelo de vida Neotestamentaria, reclamaban la fraternidad y la no conformidad con un Mundo injusto. Lograron prosperar, no sin cierta dificultad, entre las Sociedades que abrazaron el protestantismo y fueron muy perseguidos y extinguidos en el Mundo Católico. Allí donde fueron aceptados se les permitió la libertad de culto pero no de hacer proselitismo. Con la llegada de los ideales revolucionarios y democráticos de 1789, se sintieron muy desplazados por diversos factores como: el nacionalismo burgués y popular exacerbado, por la consolidación de los Estados-nación y por las políticas de conscripción militar, todas ellas contrarias a los ideales neotestamentarios de vida. La cuestión se agravó, significativamente, cuando el servicio militar se convirtió en obligatorio a finales del Siglo XIX en la mayor parte de los países europeos. Las legislaciones europeas no estaban preparadas para soportar estas objeciones, no obstante cada país intento resolver este conflicto con mayor o menor tolerancia. Mientras en Holanda se permitió la exención, en Prusia estaban obligados a vestir de militares, aunque no portaran armas ,ya seguir la misma disciplina militar que los demás reclutas conscripto. Asimismo, en Rusia, tuvieron serios problemas a pesar de haber sido defendidos por Leon Tolstoi, finalmente muchos doukhovores hubieron de emigrar a Canadá donde fueron muy bien acogidos como próspera comunidad de artesanos y buenos agricultores. Y eso mismo les ocurrió a diversas facciones y grupos Anabaptistas: dunkerianos, moravos, schwenckjeldianos, amish, etc., que emigraron a Estados Unidos a buscar lo que en Europa se les negaba. Allí mantuvieron, durante muchas décadas, sus lenguas vernáculas –sobre todo el alemán-  y sus culturas; pero, también sufrieron los embates de su conciencia con el flagelo de la guerra de Secesión, del esclavismo y del aislacionismo al que tuvieron que estar sometidos frente a una Sociedad muy dinámica y capitalista.
Veamos a continuación algunos de estos grupos con más precisión.
7.- LOS HUTTERITAS. Originarios de Moravia y del Tirol, fueron los seguidaores de Jacobo Hutter. Proclamaron su firme adhesión a la No violencia, la cual convirtieron en un artículo de Fe. Durante la segunda mitad del Siglo XVI, las congregaciones de Hermanos Hutteritas eran prósperas comunidades agrícolas y artesanas que comerciaban en todo Centroeuropa. Su posición del Pacifismo radical se mostró, muy pronto, en su negativa a pagar impuestos que sustentaran guerras, se negaron a realizar trabajos que serían usados por el ejército e, igualmente, se negaron a fabricar armas de fuego. También sufrirían persecución, lo que les obligó a huir sucesivamente de Moravia a Eslovaquia de aquí a Valaquia y Rusia. Con tantas persecuciones religiosas y políticas acabaron por encerrarse, al máximo, dentro de sus comunidades parando su reloj biológico como Sociedades dinámicas y activas que habían sido.
8.- LOS ANABAPTISTAS ANTITRINITARIOS. Influidos por Miguel de Servet, estos Anabaptistas polacos vivieron, entre 1560 y 1600, un ambiente de prosperidad y de tolerancia religiosa que se acabó extinguiendo con la doctrina de la Contrarreforma Católica. Al contrario que sus hermanos del Centroeuropa, los Antitrinitarios lograron atraer a muchas familias de la nobleza polaca, las cuales sensibilizadas con estas doctrinas atenuaron sus Derechos feudales y dieron paso a cierta justicia social en el Mundo agrario. Pero, a partir del Siglo XVII, y gracias a las condiciones nacionales e internacionales, los Anabaptistas polacos fueron abandonando algunos de los elementos comunes de la Fe Anabaptista: olvidaron sus críticas a la servidumbre y vieron razonable la guerra contra sus enemigos rusos.
9.- LOS MENNONITAS: Toman su nombre del párroco holandés Menno Simons (1496-1561) que abandonó el catolicismo, se hizo rebautizar y se casó. Los mennonitas consiguieron una cierta estabilidad en el independizado reino de Holanda: obtuvieron la exención del servicio militar obligatorio por razones de conciencia a pesar de que su país estaba en guerra con Francia y con Inglaterra. En la joven Holanda, donde se desarrollaron la tolerancia y las ideas liberales, los mennonitas consiguieron su mayor adaptación e inserción en el resto de la Sociedad, tanto que decrecieron en número y sufrieron un proceso de aculturación. Llegaron, incluso, a prestar libremente el servicio militar y a defender a su país frente a amenazas externas porque identificaban la democracia holandesa con muchos de sus ideales de justicia y equidad.
De esta amplia y rápida panorámica de los grupos religiosos Pacifistas y Noviolentos nos queda comentar un grupo muy singular y de gran importancia en todo este conjunto, se trata de los cuáqueros.
10.- LOS CUAQUEROS: Su nombre significa “temblorosos” (del inglés QUAKERS) y su origen se debe George Fox (1624-1691), el cual decepcionado de la Iglesia Anglicana fundó, en 1652, una Sociedad de Amigos del Dios de Jesucristo, en la que no hay intermediarios, ni ceremonias, ni dogmas, ni ritos, ni sacramentos, sólo la inspiración del Espíritu Santo.
Los Cuáqueros se hicieron, muy pronto, polémicos porque reivindicaron para sí la Objeción de Conciencia, que convirtieron en uno de sus pilares de relación en los Estados donde llegaron a vivir.
En su nacimiento se expandieron por las regiones centrales de Inglaterra, Gales y la calvinista Escocia, para dar más tarde el salto a las 13 Colonias y a otros lugares de Europa y las Indias orientales. Uno de sus máximos profetas fue Guillermo Penn, el cual siguió, en 1682, la fundación de Pensilvania, un territorio que habría de demostrar durante más de 60 años  que era posible una Sociedad Noviolenta y Pacífica. Las buenas relaciones con los indios, la ausencia de guerra, la tolerancia religiosa, su capacidad de regateo y negociación con el poder de Londres, su respeto por la Objeción de Conciencia, entre otras cosas, permitió una cierta prosperidad del experimento político pacifista de la Provincia.
Su posición con respecto a la Política fue variando a lo largo del tiempo, y siempre existieron grupos internos con posturas diversas: unos se mantuvieron en los ideales Pacifistas, otros abrigaron la No violencia como no resistencia a un nivel similar a los Anabaptistas más convencidos, otros en cambio eran moderados y posibilistas.
A finales del Siglo XVIII y principios del Siglo XIX, el impulso de los Cuáqueros dieron al Pacifismo Internacional fue fundamental. Asimismo, supieron adaptar su agenda de prioridades a los tiempos que corrían, ampliando su visión del Mundo en el que vivían. La crítica a la guerra era importante pero, también, lo era conducir a las nuevas Sociedades capitalistas hacia el camino de la REFORMA, intentando dar soluciones a los problemas de la esclavitud , la criminalidad, el alcoholismo, el analfabetismo, la desigualdad de género, la cuestión social, etc.. Esta perspectiva de los problemas –desde el Reformismo- les permitió abrirse al Mundo y que éste aceptara algunas de las soluciones audaces e interesantes que salían de los ensayos, la prensa y los discursos parlamentarios, filántropos y hombres respetables del Mundo de la Sociedad de Amigos.    
Así, surgió también, la Diplomacia Privada, los Parlamentos de la Paz, las Sociedades del Fomento de la Paz, etc., un auténtico pragmatismo y racionalismo recorrió al Cuaquerismo que le reportó a lugares verdaderamente preeminentes para ser una minoría. Sus juicios sobre la guerra y las disputas internacionales les hicieron granjearse la amistad de los librecambistas; sus críticas hacia el esclavismo y el colonialismo les situó como filántropos de primer orden.
Para terminar, en general, la clave del éxito de los Cuáqueros estuvo en explorar otros medios de difundir la condena de la guerra expresándolo en sentido positivo, como una tarea por la Paz Positiva. Fue ciertamente el grupo que adoptó un Polimorfismo Pacifista ligado a su confianza en el Derecho, la Educación, el Bienestar, la Justicia, la Solidaridad y la Democracia, como bases sólidas para hacer que la guerra llegara a ser un triste recuerdo en los anales de la humanidad.  

Véase también: Ahimsa. Cuáqueros. Movimiento Internacional de Reconciliación.
                          Pax Christi.

                “José Tuvilla Rayo dice: la Paz es un instrumento de transformación social,
                  una herramienta intelectual de comprensión y de análisis, pero también
                  un instrumento de transformación, de cambio, que nos ayude a comprender
                  en qué punto estamos, qué horizontes queremos alcanzar y cómo establecer
                  los pasos para acercarnos a él.   
                  Manual de Paz y Conflictos. Beatriz Molina Rueda y Francisco A. Muñoz.(eds.)”

                 

 

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