16 de Junio de 2009 - 21 hs.
Tema: "Manifiesto Russell-Einstein"

 

Conducido por el Abogado Raúl Arce,  siendo acompañado por los integrantes del Centro de Investigación para la Paz de la Facultad Regional Resistencia, Universidad Tecnológica Nacional,  Srta. Anabella Orcolla, Licenciada Eugenia Itatí Garay, Odontóloga Emy Arduña, Sr. Fredy Eiman,  Srta. Francisca Ortiz,  Prof. Rubén Darío Borda,  y  Magíster  Miguel Armando Garrido.

Operador: Guillermo Aguilar
Selección Musical: Abogado Raúl Arce

Temas: Manifiesto Russell-Einstein

El tema ha sido tratado siguiendo los lineamientos de la Enciclopedia de Paz y Conflictos, dirigido por el Dr. Mario López Martinez, del Instituto de Paz y Conflictos de la Universidad de Granada, España, autor de la Voz: Jesús Andrés Sánchez Cazorla.

¿QUÉ ES EL MANIFIESTO RUSSELL-EINSTEIN?
Es un opúsculo de unas cinco páginas, hecho público en Londres el 9 de Julio de 1955.  Estaba firmado por 10 Científicos, en su gran mayoría físicos, algunos químicos y un filósofo y matemático, Bertrand Russell, Premio Nobel de Literatura en 1950. De los Científicos, algunos ya habían recibido también el Premio Nobel, como es el caso de Albert Einstein. Más adelante, todos menos uno, Leopold Infeld, que era un discípulo de Einstein, acabaron recibiendo igualmente el Premio Nobel. Incluso hubo alguno, como Linus Pauling, que recibió dos, el de Química y el de la Paz..

ESTE MANIFIESTO DIO LUGAR A LA CELEBRACIÓN DE LAS CONOCIDAS COMO CONFERENCIAS PUGWASH SOBRE LA CIENCIA Y LOS PROBLEMAS MUNDIALES
La primera de las cuales, después de varias circunstancias adversas, se celebró finalmente en Julio de 1957.
Es posible que la firma de este manifiesto fuera de las últimas acciones que realizara Einstein. En un primer momento Bertrand Russell pensó que quizas no le hubiera dado tiempo de rubricarlo. Einstein lo firmó el 11 de Abril, al poco de recibirlo, pero dos días después se le rompió un aneurisma de la aorta y falleció el 18.
En 1954 habían empezado a fabricarse bombas termonucleares operativas, es decir, bombas de hidrógeno, las denominadas H (basadas en la fusión nuclear); la primera prueba se había realizado en 1951. La carrera de armamentos deba así un salto cualitativo muy preocupante, porque, a diferencia de las bombas atómicas, bombas A (basadas en la fusión nuclear), las de hidrógeno no tenían ningún límite superior para su poder explosivo; en principio, se podían fabricar tan potentes como se quisiera.

EN EL MANIFIESTO, LOS FIRMANTES DEMANDABAN LA NECESIDAD DE QUE LOS CIENTÍFICOS REFLEXIONARAN Y VALORARAN LOS PELIGROS QUE SURGEN DEL DESARROLLO DE ARMAS DE DESTRUCCIÓN MASIVA
Y proponían que los Científicos del Mundo y el Público en general suscribieran una Resolución en el espíritu  del último párrafo del Manifiesto, que dice lo siguiente:
“En vista del hecho de que, en cualquier guerra Futura, se usarán con seguridad armas nucleares y de que tales armas amenazan la existencia continuada de la Humanidad, urgimos a los Gobiernos del Mundo a comprender y a reconocer públicamente que sus Objetivos no pueden alcanzarse con una guerra mundial y, por consiguiente, a buscar Medios Pacíficos para Resolver todas sus Disputas”.

¿QUÉ VIGENCIA TIENE HOY DÍA EL MANIFIESTO?
La afirmación de la Resolución de que en cualquier guerra Futura se emplearían armas nucleares, afortunadamente, no se ha cumplido. Desde Hiroshima y Nagasaki, en Agosto  de 1945, no se han vuelto a emplear armas nucleares en guerras; sin embargo, se ha tenido constancia, posteriormente, de que ha habido algunos momentos (por ejemplo, durante la crisis de los misiles que la U.R.S.S. quería instalar en Cuba, en 1962, o en Vietnam en 1968, durante la ofensiva del Tet del Vietcong) en el que su empleo fue una opción seriamente barajada por los responsables políticos y militares.
Otro aspecto a considerar es que el potencial destructivo del arsenal actual de armas nucleares es muy superior al que había en el momento de hacerse público el manifiesto.
Por otro lado, en 1955 las únicas potencias nucleares eran los E.E.U.U., la U.R.S.S y el Reino Unido. Hoy la lista se ha incrementado con Francia, China, India y Pakistán. Las armas nucleares de la antigua U.R.S.S. son controladas actualmente por Rusia, Ucrania, Bielorrusia y Kazajstán. Es probable que Israel también disponga de armamento nuclear.
Añadido a lo anterior, habría que tener en cuenta que las armas nucleares siguen integradas en las Estrategias de las Potencias Nucleares, aunque con diferencias (por ejemplo, el Gobierno de los E.E.U.U. aún no se ha comprometido a no ser el primero en emplear armas nucleares).
Sobre las consecuencias de una guerra nuclear se ha debatido bastante en el pasado, especialmente en la década de los ochenta. Uno de los aspectos más preocupantes es el efecto sobre el clima, que podría dar lugar al denominado INVIERNO NUCLEAR. Se cree que gran cantidad de cenizas proveniente de los incendios provocados por las explosiones nucleares ascendería hasta la estratosfera y formaría allí una fina capa que reduciría el paso de la luz del Sol sobre una zona muy extensa de la superficie terrestre. Como consecuencia, se iniciaría un período de frío y oscuridad que podría durar semanas e incluso meses. Morirían una gran cantidad de plantas y animales y muchas especies, probablemente, se extinguirían. Además del terrible impacto de cientos de millones de muertos provocados directamente por las explosiones y de la destrucción de infraestructuras, los supervivientes se enfrentarían a una disminución, que podría ser muy grande, de los alimentos disponibles por personas. Muchas epidemias se extenderían por el Mundo. Es probable que en pocos años muriesen, por enfermedades, más personas que las fallecidas directamente por las explosiones.
Es cierto que al respecto de estos Escenarios hay incertidumbres, no tenemos la certeza absoluta de que estos efectos se producirían necesariamente, aunque son bastante probables. Sin embargo, una cuestión importante a tener en cuenta, en este contexto, es que los costes involucrados serían muy elevados; por ello, lo prudente sería alejarse lo más posible de dichos Escenarios, para hacerlos, cuanto menos probables, mejor.
Una cuestión más: los Desarrollos Tecnológicos y Estratégicos (en la mayoría de los casos, los últimos han ido generalmente a remolque de los primeros) han provocado, entre otras consecuencias, la reducción del período de tiempo en que hay que decidir si se está frente a una falsa alarma o ante un ataque real de un adversario y por tanto, si hay que replicar o no. Estos cambios han propiciado un incremento en la automatización de las decisiones a tomar, con lo que las probabilidades de iniciar una guerra nuclear por error han aumentado.
Igualmente, algunos de los cambios tecnológicos, por ejemplo, el aumento en la precisión y la dificultad para detectar algunas armas, como los misiles de crucero, entre otras, han fomentado la denominada Estrategia de primer golpe: si estoy en disposición de conseguir reducir la capacidad de respuesta  del adversario, mediante un ataque preventivo destruyendo sus armas estratégicas, lo “racional” sería realizar dicho ataque, porque si no lo hago, si el adversario consiguiera unas condiciones parecidas a las mías, se podría ver tentado a hacer lo mismo, con lo que mi capacidad de respuesta se podría ver muy disminuida. Como puede observarse ésta es una situación muy inestable, muy peligrosa y en la que todos podemos perder mucho. Lo racional sería alejarnos lo antes posible de tales situaciones.
Así pues, el peligro sobre el que se llamaba la atención en el Manifiesto sigue presente y a nuestro juicio acrecentado y, por tanto, la propuesta de buscar medios Pacíficos para Resolver los Conflictos, es más vigente y más necesaria hoy, si aún cabe, que entonces.

Véase también: Armas (convencionales, nucleares, químicas y bacteriológicas),
                          Desnuclearización. Freeze. Guerra nuclear. Pugwash.  

“Saber Interpretar, vivir con los conflictos y Potenciar sus Regulaciones Pacíficas es un signo de calidad de vida de toda la Especie Humana. Potenciar la Paz y todas sus buenas compañías, la justicia, la equidad, la noviolencia, el desarrollo sostenible, la seguridad humana, es una vía de Promoción de la Regulación Pacífica de Conflictos y del Bienestar”.
Manual de Paz y Conflictos. Beatriz Molina Rueda y Francisco A. Muñoz.(eds.)

                  

 

 

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Trabajo Donado al Centro de Investigación para la Paz.

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