Conducido por el Abogado Raúl Arce, siendo acompañado por los integrantes del Centro de Investigación para la Paz de la Facultad Regional Resistencia, Universidad Tecnológica Nacional, Srta. Anabella Orcolla, Licenciada Eugenia Itatí Garay, Sr. Fredy Eiman, Srta. Francisca Ortiz, Lic. Wilma Soledad Trúe, Prof. Rubén Darío Borda, y Magíster Miguel Armando Garrido.
Operador: Guillermo Aguilar
Selección Musical: Abogado Raúl Arce
Temas: Poder Destructivo.
El tema ha sido tratado siguiendo los lineamientos de la Enciclopedia de Paz y Conflictos, dirigida por el Dr. Mario López Martinez del Instituto de Paz y Conflictos de la Universidad de Granada, España, autor de la voz: F. Javier Rodríguez Alcázar.
FORMAS DE PODER:
Uno de los criterios que pueden utilizarse para clasificar las diferentes Formas de Poder es el de las CONSECUENCIAS de éste. Atendiendo a este criterio, el economista norteamericano Kenneth Boulding ha distinguido 3 Formas de Poder, que denomina PODER DESTRUCTIVO, PODER PRODUCTIVO y PODER INTEGRADOR.
PODER DESTRUCTIVO:
El Poder Destructivo es el Poder de destruir las cosas y predomina en actividades como la AMENAZA.
PODER PRODUCTIVO:
El Poder Productivo es la capacidad para realizar algo nuevo a partir de lo existente (riqueza económica, ideas, obras de arte, edificios, etc.); una conducta en la que predomina el Poder Productivo es el INTERCAMBIO.
EL PODER INTEGRADOR:
El Poder Integrador es una Forma de Poder Productivo que permite construir organizaciones y grupos, unir a las personas; el AMOR y el RESPETO son 2 tipos de relaciones en las que predomina el Poder Integrador.
LIMITES A ESTAS 3 FORMAS DE PODER (DESTRUCTIVO – PRODUCTVO – INTEGRADOR):
Como el propio Boulding reconoce, los límites entre estos 3 tipos de Poder son borrosos y las relaciones entre ellos, complejas.
Así, en fenómenos como la guerra, donde predomina el Poder Destructivo, hay elementos Productivos e Integradores (respectivamente, por ejemplo, la actividad económica generada por la producción de armas y las relaciones de camaradería que se dan dentro de las Fuerza Armadas).
Mientras que en el amor puede darse, junto a la fuerza predominante del Poder Integrador, la presencia del Poder Productivo (reproducción) y del Destructivo (celos, acoso).
Otro elemento paradójico en esta situación es el hecho de que el Poder Destructivo aumente, en parte, como consecuencia del aumento del Poder Productivo. Así, los excedentes agrícolas conseguidos a partir del Neolítico con la aparición de la agricultura hicieron posible el sostenimiento de los primeros ejércitos.
EL AUMENTO DEL PODER DESTRUCTIVO:
El Poder Destructivo de la Humanidad ha aumentado enormemente con el desarrollo científico – tecnológico de los 2 últimos siglos. Si bien es posible aumentar que este aumento posee aspectos positivos (por ejemplo, cuando el Poder Destructivo de la dinamita o las excavadoras se emplea en ciertas fases de las obras de construcción), también es indudable que el aumento del Poder Destructivo ha multiplicado las amenazas para los Seres Humanos. Además de los riesgos ecológicos derivados de multitud de actividades humanas (destrucción de ecosistemas, exterminio de especies vegetales y animales, etc.), la manifestación más aguda del Poder Destructivo es la guerra. También en este terreno el Poder Destructivo de los Seres Humanos ha aumentado espectacularmente a lo largo del Siglo XIX y XX por obra del conocimiento científico – tecnológico (perfeccionamiento de explosivos, misiles de largo alcance, armamento nuclear, guerra química y bacteriológica, etc.).
TANTO EL PODER DESTRUCTIVO COMO EL PRODUCTIVO E INTEGRADOR PUEDEN DARSE A NIVEL PERSONAL Y A NIVEL DE LAS ORGANIZACIONES.
El PODER PERSONAL DESTRUCTIVO acompaña a los individuos desde su nacimiento: el llanto de un niño recién nacido que molesta de noche consigue habitualmente que los adultos lo atiendan de alguna forma. Precisamente, una de las funciones de la Educación es la de enseñar a los niños y niñas a refrenar y controlar su Poder Destructivo y desarrollar en mayor medida las demás variedades de Poder. Pues es más fácil ejercer y disfrutar con el ejercicio del Poder Destructivo que con el de las otras formas de Poder, que generalmente requieren un adiestramiento más prolongado. Producir o contemplar la destrucción, especialmente en sus formas más espectaculares, puede despertar en los individuos un sentimiento de disfrute más primario que otras formas de satisfacción que se llegan a apreciar sólo después de un costoso aprendizaje. Así, cientos de millones de personas en todo el mundo han podido quedar impresionados por el espectáculo (terrible, pero deslumbrante al mismo tiempo) de la destrucción de las Torres Gemelas, una de las expresiones más crudas del Poder Destructivo en los últimos años; y otros tantos millones contemplan fascinados cotidianamente en el cine o en la televisión escenas de explosiones multicolores o choques estruendosos. Seguramente muchas menos poseen la formación necesaria para apreciar las VARIACIONES GOLDBERG de Juan Sebastian Bach o alguna otra excelsa manifestación de Poder Productivo.
Normalmente, sin embargo, las Personas adultas poseen mayor Poder Destructivo del que utilizan, gracias a la intervención de diversos mecanismos de Autocontrol adquiridos mediante diferentes Procesos Educativos. Otras Autolimitaciones son de tipo pragmático; así, incluso dictadores y tiranos sienten en ocasiones la necesidad de no abusar de su Poder Personal Destructivo con objeto de no socavar por completo su legitimidad y mantener algunos apoyos. Con frecuencia, los dictadores han procurado combinar el ejercicio del Poder Destructivo (represión, imposición) con manifestaciones de Poder Destructivo (grandes obras públicas) e Integrador (recompensas a los individuos y grupos afectos).
Entre las formas más extremas de Poder Personal Destructivo, Boulding señala el sadismo, masoquismo y, especialmente el suicido. Una forma de comportamiento más habitual se produce cuando hay personas que, por haberse especializado en el Poder Destructivo, necesitan un enemigo contra el cual ejercerlo, hasta el punto de que cuando éste no existe lo buscan o lo inventan; estas Personas que construyen su personalidad en torno a la creación de un enemigo suelen crear graves problemas a las organizaciones en las que desarrollan sus actividades. Sin embargo, hay otras formas de Poder Personal Destructivo con dimensiones Integradoras, como cuando reprobamos, castigamos o hasta impedimos la conducta incívica de alguien.
PODER DESTRUCTIVO A ESCALA GRUPAL:
No sólo existe un Poder Personal Destructivo. El Poder Destructivo se da, asimismo, a escala Grupal, especialmente en el caso de organizaciones notoriamente capacitadas para la destrucción, como los ejércitos y las organizaciones terroristas. Ahora bien, con frecuencia se intenta y, a veces, se consigue la legitimación de algunas de estas organizaciones invocando no tanto su capacidad para la destrucción cuanto su potencial para la disuasión. Esta búsqueda de legitimación se pone de manifiesto, por ejemplo, en el plano terminológico con la sustitución de denominaciones como la de “Ministerio de Guerra” por otras semejantes a “Ministerio de Defensa”.
Tampoco las organizaciones para la destrucción son ajenas a las otras formas de Poder. Así, la Cultura militar, de la que forman parte virtudes como el sacrificio, la obediencia o la camaradería, posee un elevado grado de Poder Integrador, lo que paradójicamente fortalece el Poder Destructivo de las fuerzas armadas. Por otro lado, los elevados presupuestos de defensa de la mayoría de los países son el vehículo de un importante Poder Productivo, aunque seguramente no tan elevado como a veces se supone. En efecto, si bien es verdad que la inversión en I + D militar y en fabricación de armamento produce innovación tecnológica, desarrollo industrial y puestos de trabajo (en esto consiste el efecto que se conoce como Spin Off) parece demostrado que no es ésta, precisamente, la forma de intervenir el dinero público más eficaz para conseguir esos objetivos, ni aquella que resulta socialmente más provechosa.
Aunque las distintas modalidades del ejercicio del Poder Destructivo resulten muy llamativas y ocupen un gran espacio en los libros de Historia y en los medios de comunicación, lo cierto es que el ejercicio más negativo de este Poder ha ocupado y ocupa relativamente durante poco tiempo a los Seres Humanos, en comparación con el que éstos dedican al empleo del Poder Productivo y del Poder Integrador. Así, aunque las guerras se cuenten entre los episodios más dolorosos y llamativos de la Historia Humana, lo cierto es que a ellas se han dedicado un porcentaje muy bajo del tiempo y las energías de los Seres Humanos. Sin embargo, el hecho de que la tecnología contemporánea haya multiplicado la magnitud del Poder Destructivo obliga a una reflexión constante y a un control democrático exhaustivo sobre los procesos que en nuestros días causan un daño desmedido a los Seres Humanos y que podrían conducir, incluso, a la destrucción de la Humanidad.
Véase también: Poder. Poder Integrador. Violencia.
“Es evidente que los modelos tradicionales de escuela y el modo de operar
de la educación formal requieren transformaciones necesarias, centradas
en lo que se denomina Sociedad del Conocimiento.
Beatriz Molina Rueda y Francisco Muñoz. (eds.)”.