22 de Diciembre de 2009 - 21 hs.
Tema: "Modelos de Defensa Alternativa"

Conducido por el Abogado Raúl Arce,  siendo acompañado por los integrantes del Centro de Investigación para la Paz de la Facultad Regional Resistencia, Universidad Tecnológica Nacional,  Srta. Anabella Orcolla, Licenciada Eugenia Itatí Garay, Odontóloga Emy Arduña, Sr. Fredy Eiman,  Srta. Francisca Ortiz,  Prof. Rubén Darío Borda,  y  Magíster  Miguel Armando Garrido.

Operador: Guillermo Aguilar
Selección Musical: Abogado Raúl Arce

Temas: Modelos de Defensa Alternativa.

El tema ha sido tratado siguiendo los lineamientos de la Enciclopedia de Paz y Conflictos, dirigida por el Dr. Mario López Martinez del Instituto de Paz y Conflictos de la Universidad de Granada, España, autor de la voz: Gonzalo Arias Bonet.

CON LA EXPRESIÓN “DEFENSA ALTERNATIVA”
SE DESIGNAN CONVENCIONALMENTE
Aquellos sistemas de defensa de un país que se apartan en alguna medida de la defensa armada clásica. Se trata pues de defensa de la Sociedad Organizada, no de defensa individual. Y se trata de reconocer que la defensa basada en las armas destructivas y mortíferas es insatisfactoria o insuficiente, y de buscar otras alternativas.
En su forma más radical, la Defensa Alternativa renunciaría totalmente a las armas de muerte y emplearía medios ( o “armas”, si se da a la palabra una acepción amplia que también admite el diccionario) Noviolentos. Pero entre la defensa armada clásica y la defensa totalmente Noviolenta caben muchos modelos intermedios, y del mismo modo que un ejército convencional no excluye actuaciones y medios no mortíferos (comunicaciones, información, propaganda), también cabe concebir que una defensa alternativa tenga como inspiración básica la Noviolencia sin excluir totalmente el derramamiento de sangre (en teoría, y a costa de algún grado de incoherencia doctrinal). En este artículo se tratará de ofrecer una visión panorámica de la tensión dialéctica entre la defensa armada convencional y la doctrina de la Defensa Noviolenta, y de los Modelos intermedios que se han propuesto a lo largo del Siglo XX y hasta nuestros días.

ANTECEDENTES
Aunque suele citarse a Gandhi como padre de la idea de un Ejército Noviolento, sin duda hay precedentes. Ya en 1915 el Filósofo Británico Bertrand Russell, en un clima internacional ciertamente poco propicio, escribió un ensayo titulado WAR AND NON-RESISTANCE en el que sostenía que “tras una generación de instrucción en los principios de la resistencia pasiva” Gran Bretaña podría desmovilizar sus fuerzas armadas y responder a cualquier invasión con una campaña de No-cooperación.
Gandhi no elaboró una Doctrina Sistemática sobre la sustitución del ejército convencional por una fuerza Noviolenta, pero dispersas en su obra menudean las reflexiones al respecto. Sus palabras, y el ejemplo de sus primeras campañas Noviolentas en Sudáfrica y en la India, influyeron decisivamente sobre Maude Royden, predicadora de la Iglesia Anglicana que fue el Alma del Proyecto de un “Ejército de Paz” basado en la idea, que hoy nos parece quizá demasiado simplista, de interposición de un cuerpo desarmado de civiles de ambos sexos entre combatientes infiltrados. Su llamamiento tuvo un gran eco en los primeros años treinta, pero el Proyecto terminó por naufragar por no ser patrocinado decididamente por ningún gobierno ni por la Sociedad de Naciones. El intento, no obstante, tiene el mérito de una tentativa de realización anterior a una reflexiva elaboración teórica.

DURANTE LA GUERRA FRIA
Tras el paréntesis de la Segunda Guerra Mundial y durante toda la época de la llamada Guerra Fría, las reflexiones sobre Modelos de Defensa en Occidente están condicionadas inevitablemente por la división del Mundo en dos grandes bloques. Lo que se teme es una agresión soviética, y se discute la oportunidad o convivencia de hacerle frente con medios que excluyan las destrucciones masivas previsibles en caso de conflicto nuclear. La irracionalidad misma de una situación en que cada uno de los bandos tiene poder para destruir varias veces toda vida sobre el planeta da alas a las meditaciones sobre defensas alternativas.
Dos militares británicos merecen citarse aquí como iniciadores del debate. Basil Liddell Hart, a partir de los testimonios de algunos generales alemanes sobre sus dificultades para hacer frente a una resistencia no violenta practicada contra sus tropas especialmente en Dinamarca, Holanda y Noruega, aboga por el estudio riguroso de la que llama “defensa civil” y la preparación sistemática de la población para ella. Stephen King-Hall, en su obra DEFENCE IN THE NUCLEAR AGE (1958) va más lejos:
               “Propongo  -dice- sustituir nuestra estrategia basada en la violencia por una
                 estrategia basada en la Noviolencia. La adopción de esta política debería
                 inaugurarse con una declaración (unilateral, si otras potencias no aceptan
                 unirse a nosotros) según la cual Gran Bretaña abandonará en una fecha
                 determinada el empleo de la energía nuclear para fines militares”.
Estas llamadas a la sensatez, aunque no impresionarán a los políticos, tuvieron su impacto en universitarios e intelectuales de diversos países. Tanto en Inglaterra como en otros países Europeos y en los Estados Unidos, aparecen estudios sobre las lecciones que cabe deducir de diversos episodios más o menos contemporáneos en que funciona la Resistencia Noviolenta, aunque no tenga formulación explícita: fracaso del golpe militar de Kapp en Alemania en 1920, resistencia alemana a la ocupación franco-belga del Ruhr en 1923, varios aspectos de la resistencia al nazismo en países ocupados por las tropas de Hitler, reacción en Argelia y Francia contra los militares franceses sublevados en Argel en 1961, episodios de la resistencia anticomunista en Alemania oriental en 1953, en Hungría en 1956, en Checoslovaquia en 1968, en Polonia en 1980.

DURANTE ALGUNOS AÑOS, ESPECIALMENTE EN LA DÉCADA DE LOS SETENTA Y EN LOS PAÍSES NORDICOS, LOS IRENÓLOGOS (INVESTIGADORES DE LA PAZ)
Se esfuerzan por convencer a los responsables de la defensa de que vale la pena preparar en serio una Estrategia de Defensa Noviolenta. Algo consiguen. Los gobiernos de Suecia, Noruega, Dinamarca, Holanda, Bélgica financian estudios y programas de Investigación sobre Defensa Noviolenta o Alternativas, e incluso –caso de Bélgica- un proyecto de formación Noviolenta para los objetores de conciencia que optan por el servicio civil. Pero no hay que engañarse: son sólo unas migajas desprendidas de los ingentes presupuestos bélicos para acallar las protestas de los Pacifistas.
La proliferación de estudios y la diversidad de situaciones permiten esbozar una clasificación elemental de los Modelos Teóricos de Defensa Alternativa en los años setenta y ochenta. Básicamente, quienes abogan por las Defensas Alternativas oscilan entre el pragmatismo y la utopía.
LOS MÁS PRAGMÁTICOS se conformarían con proscribir por lo pronto el medio de destrucción masiva por excelencia, el arma atómica, para avanzar después progresivamente por el camino de un desarme paulatino, bilateral y controlado. Aceptan el planteamiento de que el enemigo potencial del occidente es el bloqueo soviético, y aceptan también que la Defensa Noviolenta se conciba como complemento o apéndice de la defensa armada convencional, o como recurso en segunda instancia en caso de que la defensa armada fracase. Para facilitar el diálogo con el estamento militar, no se pone en tela de juicio la estructura ni la Filosofía básica de los ejércitos, sino que se trata de reducirla capacidad ofensiva de éstos fuera de las fronteras y de limitarlos a funciones, una Defensa “No provocativa”, para los cuales bastan armas ligeras y u buen adiestramiento de la ciudadanía en la desobediencia cívica frente al eventual invasor.
OTROS se atreven a proponer a los gobiernos la creación de algún tipo de acuerdo de combate realmente Noviolento, paralelamente al ejército convencional. La brigada, compañía o legión Noviolenta (el nombre es lo de menos) podría nutrirse en gran medida con los objetores de conciencia al servicio armado. Téngase presente que en los años de referencia subsiste el reclutamiento obligatorio en la mayoría de los países europeos, y que en muchos de ellos, incluida desde luego España, aumenta exponencialmente el número de objetores. Se habla pues de estrategias civiles de defensa, se propone el adiestramiento en los Procedimientos Noviolentos (proclamación del respeto a la vida como cuestión de principio, desobediencia, obstrucción, busca del diálogo con el adversario, información veraz y completa, incitación a la deserción) de unos militantes que darían ejemplo y encuadrarían al conjunto de la población. Queda el problema de la coexistencia en un marco institucional de fuerzas violentas y Noviolentas: si yo, Noviolento, tengo un “compañero” armado con una metralleta, ¿qué crédito puede merecer mi compromiso de respetar incondicionalmente la vida de mi adversario? Y queda el riesgo de que el “soldado Noviolento” sea uncido al carro del aparato estatal y utilizado para causas NON SANCTAS. Problemas y riesgo en los que no podemos extendernos aquí.
OTROS, finalmente, prefieren alzar la bandera de la utopía sin reservas, a sabiendas de la dificultad de su realización inmediata pero convencidos de que la utopía debe ser dibujada y descrita hoy para que sea realizable mañana. La utopía es en este caso la conversión radical de las estructuras estatales de una país (al que seguirán otros) a la Noviolencia, por la presión organizada y perseverante de la Sociedad. Los cauces por los que se manifieste esa presión de la sociedad dependerán de las posibilidades que ofrezca el sistema democrático: iniciativa legislativa popular, reforma de la Constitución , victoria electoral de un partido Noviolento.  
Si del plano de la Teoría pasamos al de las Realizaciones, conviene mencionar en estos años la actuación de las Brigadas de Paz Internacionales en Centroamérica, único experimento de Defensa Noviolenta, limitado pero muy interesante, desarrollado con cierta planificación.

EL COLOQUIO DE ESTRASBURGO
El Coloquio Internacional sobre LAS ESTRATEGIAS CIVILES DE DEFENSA, que organizaron los Noviolentos Franceses en 1985 con la ayuda financiera de su Gobierno, es una buena referencia sobre las reflexiones de los Teóricos pocos años antes del desenvolvimiento –insospechado aún para todos- de la temida amenaza soviética sobre el Mundo Occidental. Predominó allí no sólo en las organizaciones sino en buena parte de los asistentes, la aceptación de ciertos planteamientos gubernamentales de defensa. Había que conseguir que los Ministerios de Defensa se dignaran reconocer la utilidad de la Defensa Noviolenta como complemento de la defensa armada. Con las debidas reservas y como primer paso superable, esto se acepta por todos. Más discutible era la aceptación sin crítica de la visión maniquea que estaba entonces en la base de todas las hipótesis bélicas y de todos los ejercicios estratégicos de los militaristas occidentales, a saber: lo que tenemos que defender es el Mundo libre occidental contra la amenaza de agresión totalitaria de la URSS. Los Noviolentos reunidos en Estrasburgo estaban tal vez obsesionados por responder únicamente a la pregunta simplista: ¿Y qué harías si nos atacaran los rusos?
La excepción más notable fue seguramente la ponencia del Alemán Theodor Ebert, que alertó contra la mala identificación del enemigo recordando, entre otros ejemplos, el golpe de Estado contra Allende en Chile en 1973. El peligro de ataque a la democracia no está necesariamente en el comunismo o en la Unión Soviética, sino que puede venir paradójicamente de la gran potencia que pretende erigirse en paladín de la democracia. El irenólogo de Berlín plantea la hipótesis de que un país occidental, europeo o americano, trate de llevar a cabo algunos cambios fundamentales en su economía y su sistema de defensa, cambios que serían vistos con malos ojos por el poderoso “complejo militar-industrial” estadounidense. El peligro de intervención extranjera, dice, no vendría entonces de la URSS.
Cuatros años más tarde del coloquio de Estrasburgo, los acontecimientos demostrarían que efectivamente se había sobredimensionado la amenaza soviética. Las amenazas de Paz tienen muchas otras procedencias.

TRAS EL DERRIBO DEL MURO DE BERLÍN (1989)
Aunque diversos factores contribuyeron al derribo (más que a la “caída”) del muro de Berlín en noviembre de 1989, con la consiguiente desaparición del Telón de Acero y de las dictaduras comunistas, el acontecimiento puede verse en sí mismo como un magnífico ejemplo de Defensa Noviolenta de la Sociedad Civil frente a los poderes opresores.
Desde esta perspectiva, podría haberse esperado un renovado interés mundial por la Defensa Noviolenta. Pero no ocurrió así. Cabe incluso sospechar que, precisamente por haber vislumbrado la eficacia de la Noviolencia, los representantes del viejo orden político tuvieron miedo de su fuerza revolucionaria y se esforzaron por cerrarle el paso.
Los analistas más lúcidos de lo ocurrido en los conflictos de la antigua Yugoslavia apoyan esta interpretación. Las iniciativas Noviolentas fueron desdeñadas o silenciadas, las acciones de las ONG´S apenas recibieron apoyo, las ventas de armas a unos y otros combatientes continuaron, los desertores de los ejércitos estuvieron lejos de recibir apoyos de la comunidad internacional, y finalmente se inventó una “intervención humanitaria” de tipo quirúrgico que sembró más muerte y desolación entre aquellos mismos a los que se decía defender. Se consiguió que varios representantes preclaros de la Noviolencia admitieran nuestra madurez actual para preconizar la utopía y confiaran resignadamente en los ejércitos como única fuerza organizada para liberar a los pueblos de tiranos como Milosevich.
Mientras tanto, no obstante, la utopía de una Defensa Noviolenta institucionalmente organizada, no dejada a la improvisación, no ha dejado de tener sus promotores. Las nuevas circunstancias hacen que la idea de defensa se combine ahora con la intervención Noviolenta.
ANTES, la mayoría de las construcciones Teóricas en torno a la posible sustitución de las fuerzas armadas tenían en mente la defensa del propio país, pero no la defensa de la democracia encarnecida, las poblaciones masacradas o los Derechos Humanos violados en terceros países.
AHORA, ante los desastrosos efectos de las intervenciones supuestamente humanitarias de ejércitos de la OTAN, las Naciones Unidas o los Estados Unidos en países de todos los continentes, se plantea la cuestión de dar al deseado “ejército Noviolento” no sólo una función de defensa del propio país sino de intervención en terceros países.
En ESPAÑA hubo una propuesta de recoger firmas para presentar por iniciativa legislativa popular una “Ley de Opción por la Paz” que crearía un ejército Noviolento en sustitución del actual. No encontró acogida favorable. Entre la juventud antimilitarista española, es frecuente que la sola mención de la palabra “ejército”, aunque sea Noviolento, suscite oposición.
Si tuvieron éxito, en cambio, los Noviolentos ITALIANOS al conseguir en 1998 la promulgación de una ley revolucionaria. Se creó un Servicio Civil con vocación de ejército Noviolento, dependiente de la Presidencia del Consejo de Ministros. Sin embargo, esta victoria apenas ha sido simbólica hasta ahora, pues la falta de financiación paraliza el funcionamiento de este organismo.
Hay otras iniciativas que tratan de promover la Defensa Alternativa Noviolenta (y eventualmente la intervención) al margen de los gobiernos. Quizá la más interesante es la “Fuerza No-Violenta de Paz Global”, impulsada principalmente desde los ESTADOS UNIDOS. La principal incógnita, caso de que se llegara a constituir una verdadera fuerza Noviolenta con capacidad de intervención en situaciones de conflicto, podría ser la actitud de los gobiernos. Hoy por hoy, no cabe pensar que las grandes potencias pusieran sus medios de transporte y comunicaciones al servicio de los Noviolentos, y es difícil imaginar cómo tal fuerza de Paz podría actuar sin el beneplácito de los poderosos.

Véase también: Defensa Alternativa. Desobediencia Civil. Movimiento Pacifísta.
                          Noviolencia. Resistencia Noviolenta a golpes de estado.  

                “¿Qué es la Noviolencia?..... podemos adelantar que la Noviolencia busca
                  ante todo conseguir Sociedades más Pacíficas, regular pacíficamente los
                  conflictos.  
                  Manual de Paz y Conflictos. Beatriz Molina Rueda y Francisco A. Muñoz.(eds.)”.   

                  

 

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Diseño: Ing. Jane García - VGM
Trabajo Donado al Centro de Investigación para la Paz.

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