Conducido por el Abogado Raúl Arce, siendo acompañado por los integrantes del Centro de Investigación para la Paz de la Facultad Regional Resistencia, Universidad Tecnológica Nacional, Srta. Anabella Orcolla, Licenciada Eugenia Itatí Garay, Sr. Fredy Eiman, Srta. Francisca Ortiz, Lic. Wilma Soledad Trúe, Prof. Rubén Darío Borda, y Magíster Miguel Armando Garrido.
Operador: Guillermo Aguilar
Selección Musical: Abogado Raúl Arce
Temas: Opción Cero.
El tema ha sido tratado siguiendo los lineamientos de la Enciclopedia de Paz y Conflictos, dirigida por el Dr. Mario López Martinez del Instituto de Paz y Conflictos de la Universidad de Granada, España, autor de la voz: José Ángel Ruiz Jiménez.
¿QUÉ ES LA OPCIÓN CERO?
La Opción Cero fue una propuesta del Movimiento Pacifista Europeo Occidental durante la Guerra Fría que abogaba por una Europa libre de misiles nucleares tanto de Estados Unidos como de la Unión Soviética. El Desarrollo de la nueva generación de misiles nucleares soviéticos SS-20 y el anuncio, en 1979, por parte de la OTAN, del despliegue de 464 misiles Cruise y los 108 Pershing II en territorio de sus aliados europeos motivó una masiva respuesta ciudadana en Europa Occidental ante el temor a una guerra nuclear que arrasara el viejo continente. Pese a que las movilizaciones Pacíficas no evitaron el eventual despliegue de los denominados EUROMISILES, la Opción Cero tendría un papel protagonista en la finalización de la Guerra Fría.
LA OPCIÓN CERO era una propuesta sencilla y lo suficientemente contundente para unir a millones de ciudadanos en movilizaciones masivas articuladas en torno a organizaciones Pacíficas como el CND Británico, el Consejo Intereclesiástico Holandés (IKV) y los Verdes en la República Federal Alemana.
De este modo, la Opción Cero acogía a Partidarios de diversas posturas entre sus simpatizantes: Pacifistas Absolutos que se oponían a los misiles por razones éticas y humanitarias; intelectuales y ciudadanos que consideraban que los misiles no eran tanto un arma militar como el símbolo del intolerable dominio político de las superpotencias sobre Europa; grupos políticos de oposición que trataban de obtener ventajas mediante la crítica al despliegue de los misiles (caso del laborismo en Gran Bretaña), mansamente aceptados por los gobiernos en el Poder; CENTROS DE INVESTIGACIÓN PARA LA PAZ, como el SIPRI Noruego; ciudadanos que simplemente temían por sus vidas y las de sus familias ente la posibilidad de una guerra nuclear; etc..
ASÍ, EN EL OTONO DE 1980 LA OPCIÓN CERO SE CONVIRTIÓ EN UNA REIVINDICACIÓN CONSTANTE
En las pancartas de unas manifestaciones antinucleares que supusieron las mayores concentraciones populares jamás vistas en Europa: 250.000 personas se reunieron en Bonn, 250.000 en Roma, otras 250.000 en Londres, 100.000 en Bruselas y 50.000 en París.
La represión política en Europa del Este limitó la oposición ciudadana contra los EUROMISILES a Europa Occidental, lo que motivó que las cúpulas dirigentes de la OTAN y de países como EEUU. y Reino Unido intentaran desacreditar las campañas Pacíficas a favor de la Opción Cero definiéndolas como títeres manejados desde Moscú que trataban de debilitar la unidad y capacidad militar de los miembros de la Alianza Atlántica. En realidad, las Movilizaciones Pacíficas se oponían tanto a los misiles de la OTAN como a los del Pacto de Varsovia, y proponían desmantelar los arsenales nucleares de ambas superpotencias en Europa, algo muy fácil de identificar en las muchas pancartas visibles en las numerosas fotografías que fueron tomadas en los eventos. De hecho, la Unión Soviética, principio favorable a las Movilizaciones, no tardó en mostrar su abierta oposición a las mismas, afirmando incluso que algunos de sus organizadores estaban dirigidos por la CIA.
Más tarde, curiosa y sorprendentemente, la OTAN adoptó la idea de la Opción Cero aunque la postura real de la Alianza Atlántica sostenía que tal posibilidad era ilusoria, pues el INF (Plan de Despliegue de los EUROMISILES) era esencial para la Estrategia de Seguridad de la OTAN. Sin embargo, con el paso del tiempo el emergente Movimiento Pacifista Europeo y la presión que este ejerció sobre los gobiernos occidentales resultó instrumental induciendo a la OTAN y a los EEUU a adoptar la Opción Cero como la postura de Negociación Formal Occidental. El elemento de cálculo fundamental para la Casa Blanca era la certeza de que la Unión Soviética nunca aceptaría la Opción Cero Norteamericana, pues en realidad la propuesta efectuada desde Washington contemplaba el desmantelamiento de los nuevos misiles del Pacto de Varsovia bajo promesa de que los Estados Unidos no desplegarían más cabezas nucleares. Se trataba de intercambiar cientos de misiles por una promesa, de modo que es “Opción Cero” solucionaba simultáneamente varios problemas políticos, en un intento de realizar un movimiento magistral dentro del juego de las relaciones internacionales, pues dejaba sin sentido ni ímpetu las reivindicaciones del Movimiento Pacifista al tiempo que la propuesta era lo suficientemente desfavorable a los intereses soviéticos para que estos la encontrase inaceptable. Por tanto, la Opción Cero pasó a convertirse en un exitoso truco propagandístico, pues el balance tras la congelación propuesta era siempre favorable a los EE.UU. Se satisfacían así las exigencias públicas de negociación armamentística mientras la OTAN procedía a concentrar fuerzas militares en Europa y desplegar los nuevos misiles. Aceptar aquella Opción Cero por parte del Movimiento Pacifista hubiera significado una victoria para el Presidente Estadounidense Ronald Reagan, mientras que su rechazo le hubiera costado ser definitivamente tachado de pro soviético. Los medios de comunicación de masas, siempre muy críticos con el Movimiento Pacifista en aquellos años, afirmaron incluso que la campaña antinuclear había quedado irremediablemente arruinada tras la nueva estratégica política de la OTAN.
Sin embargo, la respuesta fue la segunda oleada de multitudinarias manifestaciones antinucleares, destacando la concentración de más de 50.000 personas en Amsterdan (según los datos del portavoz de su policía metropolitana) que congestionaron las estrechas calles de la ciudad en su exigencia de la finalización de la carrera de armamentos y del despliegue de los misiles de la OTAN, y en Londres, donde 400.000 personas acudieron a expresar su rechazo a las armas nucleares en el mitin organizado por el CND. A la larga, el Movimiento Pacifista afirmaría haber tenido éxito en sus objetivos de influenciando las negociaciones que más tarde significarían el desmantelamiento de los EUROMISILES.
Efectivamente, el despliegue INF se llevó a cabo, pero lo que parecía una clara derrota política para el Pacifismo supuso, en opinión de muchos de sus activistas, la semilla de la victoria. Los Estados Unidos y la OTAN se habían apropiado de la propuesta Pacifista por una Opción Cero –ningún misil INF en Europa Occidental ni oriental –como postura oficial en las negociaciones de Ginebra. Como señalábamos con anterioridad, aquello fue parte de una maniobra política necesaria para conseguir la aceptación pública de los misiles, asumiendo Brezhnev con toda probabilidad rechazaría la propuesta. Sin embargo, cuando Mijail Gorbachov aceptó la misma oferta varios años más tarde, los líderes de la OTAN se vieron atrapados en su propio planteamiento y no tuvieron más opción que retirar los misiles que tan duramente habían trabajado para instalar, prevaleciendo en última instancia la postura defendida por el Movimiento Pacifista.
¿Cómo tuvo lugar semejante giro en la postura de Negociación Soviética’
Gorbachov comprendió que para solucionar sus graves y crónicos problemas domésticos –colapso de la productividad, empobrecimiento del Estado, pérdida de credibilidad del sistema, anquilosamiento de la industria y tecnología no militar, etc.-. Tenía antes que pactar con el bloque antagonista y frenar unos gastos militares verdaderamente ruinosos para su país. Influyentes institutos de Investigación de la URSS. y destacados miembros del PCUS habían mostrado un interés genuino en las propuestas realizadas desde la Investigación por la Paz Occidental a lo largo de la década de los 80, siendo bajo la administración de Gorbachov cuando se hizo evidente que los enlaces y comunicación entre activistas e Investigadores por la Paz Occidentales y el STABLISHMENT soviético. Podrán resultar sumamente productivos. Así lo indican las continuas referencias de Gorbachov y su equipo desde 1987 a conceptos acuñados desde esos círculos, como disensión nuclear mínima, defensa convencional no ofensiva, suficiencia nuclear, y la valoración de medidas de desarme unilateral como elemento potenciador de acuerdos multilaterales posteriores, -algo hasta entonces rechazado categóricamente tanto por las superpotencias como por sus aliados, pues sostenían que significaba quedar indefenso ante el adversario-. Respecto a la cuestión de los euromisiles, la labor del Movimiento Pacifista podía haber sido más importante de lo que usualmente se admite, y la Opción Cero jugaría un papel protagonista en los acontecimientos. Edward Shevardnadze, entonces ministro de Asuntos Exteriores de la URSS y más tarde presidente de Georgia, afirmó que, efectivamente, la URSS. estaba informada de las propuestas realizadas por el Movimiento Pacifista, siendo estas unas de sus principales piedras de toque en el giro de sus políticas.
VARIAS ORGANIZACIONES POR LA PAZ COMO EL SIPRI
Habían estado enviando sus publicaciones a Moscú, y numerosos activistas por la Paz Occidental visitaron la Unión Soviética durante la Guerra Fría, si bien desconociendo el alcance que su labor podría llegar a tener. De hecho, la Iniciativa de Defensa Estratégica (IDE) –proyecto de escudo antinuclear también conocido como Guerra de las Galaxias- impidió un tratado INF de Opción Cero más temprano en la cumbre de Reykjiawick de 1986. Sin embargo, pocos meses más tarde, Gorbachov sorprendería a Washington y al mundo con el anuncio de que la Unión Soviética consideraría la cuestión INF independiente de la IDE. Gorbachov –notablemente influenciado a su vez por una carta de Andej Sajarov- no presentaría objeción alguna a la Opción Cero de la OTAN y el histórico tratado se convertiría así en realidad. De este modo se explican mejor las sorprendentes concesiones soviéticas en el acuerdo de los EUROMISILES de 1987 –la URSS. aceptó desmantelar 1752 misiles por 859 de la OTAN en el tratado final, permitiendo además la verificación IN SITU de la operación por parte de representantes de la OTAN-, así como su posterior actitud respecto a las revoluciones democráticas de Europa Oriental permitiendo que estas cuajaran de forma incruenta. La nueva postura oficial de negociación soviética parare responder, ciertamente, a un importante nivel de influencia por parte de Investigadores por la Paz y grupos de control de armamento occidental. A este respecto, la convicción del giro en la estrategia nuclear soviética siguió apreciándose en las negociaciones sobre fuerzas convencionales de Europa de 1989, donde enfatizó la importancia de reducir potencial ofensivote ambos bloques para minimizar el temor a un posible ataque por sorpresa; cabe destacar que en Diciembre de 1988 Gorbachov ya había anunciado que la Unión Soviética retiraría 50.000 soldados y 5.000 tanques de Europa del Este y que además reduciría las fuerzas armadas soviéticas en 500.000 hombres de forma unilateral.
CONCLUSION
En definitiva, la Opción Cero es un interesante ejemplo de cómo una iniciativa por la Paz Imaginativa, Integradora y correctamente coordinada desde la Sociedad Civil, puede, además de realizar una importante labor de concienciación , información y posibilidad de participación entre la ciudadanía, ejerce un impacto considerable en el Mondo de la REALPOTITIK.
Véase también: CND. END. Freeze. Movimientos Pacifistas.
“Mario López Martinez dice: Nuestro adversarios hablan de “equilibrio” y
“seguridad”. No hay seguridad si hay algún proyectil. La auténtica seguridad
de Europa reside actualmente en los Movimientos Pacifistas Europeos.
Si nos dividimos, o si logran separarnos de nuestros compañeros
norteamericanos, nuestra seguridad estará en peligro. Dejemos que las
superpotencias negocien: pero no dejemos que piensen que hemos dejado
el asunto en sus manos. Hagámosle sentir, en todo momento, que nuestras
voces y nuestras demandas los asedian por todos lados (Edward P.
Thompson, Opción Cero, Barcelona, 1983, p. 176).
Manual de Paz y Conflictos. Beatriz Molina Rueda y Francisco A. Muñoz.(eds.)”.