Conducido por el Abogado Raúl Arce, siendo acompañado por los integrantes del Centro de Investigación para la Paz de la Facultad Regional Resistencia, Universidad Tecnológica Nacional, Srta. Anabella Orcolla, Licenciada Eugenia Itatí Garay, Odontóloga Emy Arduña, Sr. Fredy Eiman, Srta. Francisca Ortiz, Prof. Rubén Darío Borda, y Magíster Miguel Armando Garrido.
Operador: Guillermo Aguilar
Selección Musical: Abogado Raúl Arce
Temas: Movimientos Indigenistas.
El tema ha sido tratado siguiendo los lineamientos de la Enciclopedia de Paz y Conflictos, dirigida por el Dr. Mario López Martinez del Instituto de Paz y Conflictos de la Universidad de Granada, España, autor de la voz: Mikel Berraondo López.
DIFINICIÓN Y ORIGEN DEL MOVIMIENTO INDÍGENA
El Movimiento Indígena puede considerarse como el resultado de la organización de los diversos pueblos indígenas del Mundo en pos de un reconocimiento Nacional e Internacional y de unas garantías mínimas de respeto hacia sus Culturas y formas de vida. Pretende proteger y garantizar unas medidas de Desarrollo que aseguren la supervivencia de unos pueblos y unas Culturas diferenciadas, que constituyen uno de los grupos sociales más vulnerados y vulnerables del planeta.
El Movimiento Indígena engloba a organizaciones Indígenas y no Indígenas de muy diversa índole que trabajan prioritariamente en beneficio del Desarrollo de los pueblos Indígenas. Esta heterogeneidad de organizaciones es debida, entre otros factores, la inexistencia de un concepto que defina claramente quiénes son y quiénes no son pueblos y organizaciones Indígenas. A pesar de tal inexistencia, sí se han producido intentos de establecer un concepto que fuera aceptado en el ámbito Internacional, en contra muchas veces del sentir y pensar de los afectados, de los cuales cabe destacar la definición dada por el relator especial de Naciones Unidas D. José Martinez Cobo, en su Estudio sobre los Problemas de Discriminación contra la población Indígena, realizado entre 1973 y 1984 y la establecida en el Convenio No. 169 de la OIT de 1989, relativa a los DERECHOS HUMANOS DE LOS PUEBLOS INDÍGENAS, ya que gozan de mayor aceptación, tanto por la Doctrina Internacional, como por los propios pueblos indígenas. De estas definiciones, destacan como características más comunes la permanencia en el territorio de los pueblos indígenas desde tiempos inmemoriales, la voluntaria perpetuación de tradicionales y de costumbres y la autoidentificación como pueblos indígenas.
El Movimiento Indígena, como tal, encuentra sus orígenes a finales de los años 50 y comienzos de los 60 del Siglo XX, al establecerse dentro de los pueblos indígenas de Estados Unidos una serie de organizaciones con unos planes de actuación influidos por los Movimientos de reconocimiento y defensa de los Derechos Civiles y Políticos y por los Movimientos de organizaciones negras que luchaban en aquella época por la finalización de la discriminación racial. Rápidamente la idea del Movimiento se expande por los países anglosajones, estableciéndose organizaciones en Canadá y Australia y se organizan los primeros encuentros internacionales a finales de los años 60. Posteriormente, las organizaciones Indígenas de otros continentes deciden seguir los pasos de sus homólogas anglosajonas y así, durante la década de los 70 aparecen organizaciones indígenas por América Central y del Sur, y en Europa. Durante los años 80, estás organizaciones se expanden a África y finalmente a finales de la década de los 80 y comienzos de los años 90 aparecen organizaciones indígenas en el continente asiático.
CARACTERÍSTICAS Y OBJETIVOS DEL MOVIMIENTO
El Movimiento Indígena puede caracterizarse como un Movimiento Globalizado, al ser un Movimiento Internacional en donde se incluyen organizaciones Indígenas de todas partes del Mundo, y Globalizador, al ser un Movimiento que apuesta por su internacionalización, consciente de la capacidad de presión política que ese elemento globalizador les otorga, buscando aunar en un solo planteamiento o demanda las voces de todos los pueblos Indígenas del Mundo, independientemente del origen, religión, situación social o política que les toque vivir.
Por otro lado, podemos considerar al Movimiento Indígena como un Movimiento Solidario, puesto que apuesta por el trabajo en Red entre unas organizaciones y otras, personalizando y asumiendo de manera solidaria los problemas y demandas de organizaciones determinadas, poniendo en práctica el celebre refrán de “la unión hace la fuerza”, trabajando paralelamente el doble ámbito local e internacional y persiguiendo los mismos fines para el conjunto de organizaciones que componen el Movimiento.
Por último, podemos considerarlo como un Movimiento Transformador, puesto que la finalidad que persigue es la de cambiar la realidad social, política y económica nacional e internacional para así tener cabida como pueblos diferentes a los que se respete y proteja en sus formas de vida y culturas.
LA TRANSFORMACIÓN QUE PERSIGUEN SE PUEDE RESUMIR E LAS DEMANDAS PRINCIPALES QUE VIENEN MANTENIENDO DESDE EL COMIENZO DE SU TRABAJO
Las principales vienen a ser:
1.- RESPETO A SU DIGNIDAD como pueblos y culturas diferentes, que lleva aparejado el reconocimiento de su identidad, tanto individual como colectiva y de todos aquellos Derechos dirigidos al Desarrollo de la Identidad.
2.- RECONOCIMIENTO DE TÍTULOS DE PROPIEDAD Y DEL CONTROL EFECTIVO SOBRE SUS TIERRAS Y TERRITORIOS, reconociendo la dualidad existente para los pueblos indígenas entre las tierras y los territorios y respetando el libre ejercicio del control sobre todas sus tierras y territorios para hacer posible el Desarrollo de sus Culturas, sus costumbres y creencias religiosas y permitir la aplicación de sus Modelos Económicos de Desarrollo Sostenible.
3.- RECONOCIMIENTO Y APLICACIÓN DE SU DERECHO A LA AUTONOMÍA Y A LAS FORMAS DE GOBIERNO, que les permita aplicar sus sistemas de organización política, generar sus propios sistemas normativos y ejercer el control efectivo sobre sus tierras y territorios siguiendo las costumbres y prácticas establecidas en sus Culturas.
4.- RECONOCIMIENTO Y APLICACIÓN DE SUS SISTEMAS TRADICIONALES DE JUSTICIA Y DE SUS SISTEMAS NORMATIVOS, DE LAS FILOSOFÍAS QUE LOS MOTIVAN Y LOS VALORES QUE IMPERAN EN DICHOS SISTEMAS, además de asegurar la Convivencia entre los Sistemas Judiciales de Derecho Positivo y los Sistemas de Derecho Indígena.
5.- PARTICIPACIÓN POLÍTICA Y SOCIAL, TANTO EN EL ÁMBITO NACIONAL COMO INTERNACIONAL principalmente para todas aquellas decisiones que afecten directa o indirectamente a la vida cotidiana de los pueblos.
SITUACIÓN Y LOGROS DEL MOVIMIENTO
Dentro del Movimiento Indígena, la situación de las diferentes organizaciones y en las diferentes partes del Mundo es muy diversa. Se pueden establecer TRES FASES, a juzgar por las diferentes situaciones que viven los pueblos Indígenas en el Mundo.
UNA PRIMERA FASE INICIAL de reconocimiento y respeto de su dignidad como pueblos, en la que desgraciadamente se encontrarían demasiados pueblos Indígenas que todavía no han podido conseguir el reconocimiento suficiente dentro de sus territorios. Principalmente hablamos de pueblos Indígenas de los Continentes Africano y Asiático, en donde son raras las excepciones de Gobiernos que reconocen y respeten teórica y prácticamente los pueblos Indígenas. El reconocimiento y respeto de su Dignidad significa no sólo asumir la existencia de unos grupos sociales diferentes al resto dentro de un territorio nacional, sino que significa reconocer todas las demandas Indígenas y comprometerse a trabajar en el reconocimiento implementación de dichas demandas.
UNA SEGUNDA FASE sería de Desarrollo Normativo, en la cual, una vez logrado el respeto de los Gobiernos, se desarrollan una serie de normas o cuerpo jurídico para asegurar ese respeto y garantizar el Desarrollo Social, Cultural y Político de los pueblos diferentes. En esta fase podríamos decir que se encuentran todos los demás pueblos no mencionados anteriormente porque si bien es cierto que unos países han desarrollado, más que otros, leyes sobre las cuestiones indígenas, todavía falta mucho por hacer y regular en la mayor parte del Mundo para responder efectivamente a las demandas Indígenas. Además hay que añadir en este apartado que los procesos de creación normativa son muy variados de un país a otro, y que mientras en unos se han tenido en cuenta los planteamientos Indígenas antes de crear normas, en otros se ha regulado su situación sin contar con ellos para nada, lo cual hace que a pesar de contar con un desarrollo normativo, esas normas creadas no sean eficaces y no respondan para nada a la filosofía de estos pueblos.
Por último, LA TERCERA Y ULTIMA FASE sería la fase de implementación de las formas de autogobierno y de autonomía Indígena, a cual desgraciadamente no deja de ser un sueño para la mayor parte de pueblos Indígenas. Tan solo existen contados ejemplos de autonomías que no dejan de constituir una esperanza para el resto de pueblos Indígenas y un punto de referencia clave para todos los demás.
La Autonomía Kuna en Panamá, la Autonomía Nunavut en Canada o en menor medida la Autonomía Saami en Finlandia, son ejemplos de lo que se puede ir construyendo.
Lógicamente, esta fase no encuentra límites ya que siempre se puede avanzar y perfeccionar el Modelo de Autogobierno o de Autonomía. Lo importante es que todos los pueblos Indígenas tengan sus miradas puestas en esta fase para que tarde o temprano podamos hablar de un Movimiento Indígena exclusivamente inmerso en esta tercera y última fase.
En el ámbito Internacional podríamos afirmar que nos encontramos entre las dos primeras fases. Obviamente la fase de Autonomía, queda todavía muy lejos de toda una Comunidad Internacional en donde sólo tienen capacidad de decisión los Gobiernos y donde sólo se reconocen como sujetos del Derecho Internacional los Estados.
A pesar de todo, sí se ha dado una serie de avances que bien pueden ser catalogados como grandes avances si tenemos en cuenta la dificultad que entraña la transformación y la creación de espacios en el ámbito Internacional para todo aquel sujeto que no sea un Estado soberano. Estos avances son consecuencias directa de la política dual de actuación que siempre ha tenido el Movimiento Indígena, conjugando siempre el trabajo en el ámbito Nacional con el trabajo en el ámbito Internacional, lo cual ha motivado la paradoja según la cual en la actualidad hay pueblos sin Derechos ni reconocimiento en el ámbito Nacional, y con espacios de participación y reconocimiento en el ámbito Internacional.
EL PROCESO EXPERIMENTADO POR EL MOVIMIENTO INDÍGENA EN EL ÁMBITO INTERNACIONAL, ADEMÁS DE SER SORPRENDENTE POR LA RAPIDEZ Y EFECTIVIDAD DE SUS PRECISIONES, CONSTITUYE UN AUTÉNTICO EJEMPLO DE CÓMO LA SOCIEDAD BIEN ORGANIZADA PUEDE MOTIVAR CAMBIOS TRASCENDENTALES PARA EL DEVENIR DE LAS RELACIONES INTERNACIONALES EN EL FUTURO
El hecho de que se haya conseguido la creación de un foro permanente dentro del seno de las Naciones Unidas, al más alto nivel permitido (con dependencia directa de ECOSOC) significa un logro importantísimo no solo para las pretensiones de los pueblos Indígenas, sino también para todo aquel que trabaja desde la Sociedad Civil por provocar modificaciones del Sistema Internacional. Pero lógicamente el foro no ha surgido de la noche a la mañana, sino que lleva aparejado muchas interminables jornadas de trabajo y confrontación en ámbitos internacionales, de LOBBY político y e presión.
El acceso de líderes Indígenas a organizaciones internacionales data ya de la época de la Sociedad de Naciones, cuando representantes del pueblo Cree solicitaron su participación en dichas organizaciones, mientras que la Organización Internacional del Trabajo, organización creada al amparo de la Sociedad de Naciones, creaba el Comité de expertos sobre los trabajadores nativos en 1926, comenzando de esa manera un trabajo a favor de los pueblos Indígenas que no ha cesado hasta nuestros días.
Más tarde, ya en la década de los 70 se organizaron las primeras conferencias internacionales y los primeros intercambios con las Naciones Unidas, que motivaron la redacción de un extenso estudio sobre la discriminación contra los pueblos Indígenas, realizado por el relator especial D. José Martinez Cobo, que se alargó entre 1973 y 1984, y que a su vez motivó la creación en el seno de las Naciones Unidas de un grupo de trabajo para las poblaciones Indígenas en 1982. Dicho grupo tenía y tiene como misiones principales el seguimiento de la situación y violaciones de los Derechos Humanos que se producen contra los pueblos Indígenas, y la creación de una normativa dirigida a mejorar la situación de estos pueblos. Compuesto por un grupo de 5 expertos independientes nombrados por la Comisión de Derechos Humanos y dependientes de la Subcomisión de Derechos Humanos, el grupo de trabajo se ha convertido con los años en el mayor foro de participación social de las Naciones Unidas, y en un punto de referencia obligado para todas las organizaciones que trabajan por el Movimiento Indígena. El nivel de participación es tan alto (más de 1.200 personas en los últimos años) que da pie a un trabajo paralelo tan importante o más que el del propio grupo de trabajo.
A pesar de sus enormes limitaciones, de sus sesiones, durante la tercera semana del mes de julio de cada año, en las que convergen líderes y representantes Indígenas llegados de todo el Mundo, han partido las iniciativas más significativas relacionadas co los pueblos Indígenas de las últimas décadas.
GRACIAS A SU IMPULSO SE DECLARÓ EL AÑO 1993 COMO EL AÑO INTERNACIONAL DE LOS PUEBLOS INDÍGENAS, Y LA DÉCADA COMPRENDIDA ENTRE EL AÑO 1994 Y 2004 COMO LA DÉCADA INTERNACIONAL DE LOS PUEBLOS INDÍGENAS
Década en la cual estamos inmersos y a la expectativa de que se acaben de cumplir los dos Objetivos principales que tenía:
- la aprobación en la Asamblea General de Naciones Unidas de una Declaración Internacional sobre los Derechos Humanos de los Pueblos Indígenas
- y la creación de un Foro Permanente dentro del propio sistema de las Naciones Unidas que posibilite completar y perfeccionar, si cabe, el trabajo del grupo de trabajo.
Hasta la fecha se ha creado el Foro Permanente, con la Resolución 2000/22 de 28 de Julio de 2000, marcando un hito interesante dentro de la propia organización porque sin duda supone un apoyo muy interesante de la organización a la causa de los pueblos Indígenas. Desgraciadamente no todo es positivo y en cuanto al Proyecto de Declaración, las cosas no marchan bien. Tras su aprobación por el grupo de trabajo en 1993 y por la Subcomisión para la Prevención y Protección de las Minorías en 1994, se encuentra estancada e la Comisión de Derechos Humanos, en donde a pesar incluso de que se ha creado un grupo de trabajo AD HOC pora el tema del Proyecto de Declaración no parece muy probable que prospere, ya que hasta la fecha tan sólo se han aprobado dos de los 45 artículos de que se compone la Declaración y el enfrentamiento y constante bloqueo entre los representantes Indígenas y los representantes Gubernamentales no hace presagiar un Futuro muy halagueño a corto plazo, antes de que finalice la Década Internacional.
Paralelamente, el Movimiento Indígena viene trabajando desde la óptica de los Movimientos Sociales , buscando siempre avanzar en este largo camino que les separa del reconocimiento, del respeto y en definitiva de la supervivencia. Sin lugar a dudas, puede ser considerado como un ejemplo para el resto de las organizaciones y sociedad civil en general, ya que, lo que este Movimiento viene consiguiendo en las últimas décadas resulta muy esperanzador para quienes creen en la hegemonía de los Derechos Humanos dentro del marco de las relaciones internacionales y en la Humanización de las organizaciones y del Derecho Internacional. Quizás, el colofón a este reconocimiento Internacional fue la concesión en 1992 a la Sra. Da. Rigoberta Menchú Tum, líder Indígena del pueblo Maya, del premio Nobel de la Paz.
Véase también: Cultura de la Paz. Educación para la Convivencia. Genocidio.
Indígenas. Protección de Minorías.
“A TODA FORMA DE VIOLENCIA CORRESPONDE UNA DIMENSIÓN
TEÓRICO-PRÁCTICA DE LA NO VIOLENCIA que se amplía
significativamente desde Métodos de lucha no armada y no cruenta,
hasta un “Programa Constructivo” y creativo de bienestar de todos.
En conclusión se podría decir que LA NO VIOLENCIA ES EL DEBER Y
LA ACCIÓN POR LA JUSTICIA RESPETANDO LA VIDA Y LA
INTEGRIDAD DE LOS ADVERSARIOS EN ESA LUCHA.
Manual de Paz y Conflictos. Beatriz Molina Rueda y Francisco A. Muñoz.(eds.)”.